En el 70 aniversario de la fundación del POUM. La lucha por la libertad y el socialismo (Wilebaldo Solano, 2005)

Texto leído en el acto conmemorativo del 70 aniversario de la fundación del POUM  celebrado en Barcelona el 29 de septiembre de 2005. Wilebaldo Solano no pudo asistir al acto por encontrarse enfermo. 

El Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) fue  fundado en Barcelona el 30 de Septiembre de 1935 en una casita del  barrio de Horta. Es decir hace 70 años. Como estábamos todavía en una fase de relativa clandestinidad impuesta  tras el movimiento de Octubre de 1934,  se consideró prudente que el acontecimiento no fuera público y que se limitaran los delegados. Pero estos eran muy representativos y entre ellos figuraban Joaquín Maurín y Andreu Nin. Su misión era elegir un Comité Ejecutivo y preparar un Congreso de la nueva organización.

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Notas sobre el POUM en la revolución española. El período de la clandestinidad,1937-1939 (Wilebaldo Solano, 2005)

Este texto reproduce una nota dirigida por Wilebaldo Solano al historiador Burnett Bolloten, el cual solicitó información sobre  la actividad del POUM durante el periodo de clandestinidad de los años 1937-39. Parte de estos datos fueron recogidos en la edición definitiva de su obra, La guerra civil española. Continuar leyendo «Notas sobre el POUM en la revolución española. El período de la clandestinidad,1937-1939 (Wilebaldo Solano, 2005)»

El proceso contra el POUM en Montauban (Wilebaldo Solano, 2005)

La historia de la resistencia al fascismo  durante la segunda guerra mundial ha tratado, peor o mejor, los grandes temas y las pequeñas cosas. Pero ha disminuido la importancia de muchos hechos políticos importantes. Por ejemplo, el drama de los refugiados políticos de la Revolución y la guerra civil de España. Sin embargo, poco a poco, se han ido revelando los aspectos políticos y sociales de la resistencia al fascismo de los que tomaron las  armas en 1936 contra Franco y contra Hitler.

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Del proceso de Montauban contra el POUM a la liberación de Francia (Wilebaldo Solano, 2004)

Ahora que se habla ya un  poco sobre la vida y el papel de los españoles  refugiados en Francia  en los años 40 y se exaltan la obra y las luchas de los franceses  que participaron en la Resistencia contra el fascismo alemán y el singular   régimen del mariscal Petain, conviene hacer un poco de luz  sobre  un hecho importante: la resistencia y el combate de los españoles que tuvieron que tomar la frontera y abandonar su país cuando las tropas de Franco establecieron un régimen de tipo militar fascista en España.

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La larga marcha por la verdad sobre Andreu Nin (Wilebaldo Solano, 1993)

Texto fechado el 8 de febrero de 1993 y publicado en la revista Utopie Critique, Paris, nº 4, cuarto trimestre de 1994. La versión que publicamos incorpora la ampliación del texto incluida por el autor en el libro Le POUM: Révolution dans la guerre d´Espagne (Paris, Syllepse, 2002). Este artículo analiza las revelaciones y la repercusión extraordinaria del documental Operación Nikolai proyectado en 1992 por la TV3 catalana. Asombrosamente dicha película no fue proyectada por TVE ni otra cadena de proyección nacional a pesar de la campaña desarrollada al efecto por la Fundación Andreu Nin, que contó con el apoyo de destacados intelectuales y artistas. Continuar leyendo «La larga marcha por la verdad sobre Andreu Nin (Wilebaldo Solano, 1993)»

1992. Andreu Nin, la URSS y el estalinismo. Wilebaldo Solano

En el año 1992 se conmemora el centenario de Andreu Nin. En efecto, el célebre dirigente del POUM y una de las figuras más importantes del movimiento obrero español nació en El Vendrell el 4 de febrero de 1892. Nin, era, entre otras muchas cosas, un intelectual profundamente enamorado de la tierra, el pueblo y la lengua de Cataluña. Pero, ante todo y sobre todo, era un marxista internacionalista convencido de que la Revolución rusa de 1917 había abierto la era de la revolución socialista en Europa. Recordar a Nin hoy, después del desmoronamiento de la URSS y de las «democracias populares» del Este, nos lleva a la tentación de evocar lo que él fue con respecto a la Revolución de Octubre, a la Rusia de los años 20, al movimiento comunista internacional y a los animadores de aquella gran convulsión histórica, Lenin y Trotsky, Zinoviev y Bujarin.

Desde que, en l970, las Edicions Catalanes de París volvieron a publicar Els moviments d´emancipació nacional, uno de los libros de Nin, con un prólogo de Josep Benet y un ensayo biográfico mío, se han escrito muchas cosas sobre el líder del POUM, pero no se han abordado nunca a fondo los problemas de su propia personalidad y su papel en la URSS durante cerca de diez años, entre la primavera de 1921 y el otoño de 1930, es decir, entre el viraje que supuso la Nueva Política Económica (la NEP) y la victoria de Stalin sobre la Oposición, la colectivización forzosa y el terror.

Nos parece interesante evocar que Nin fue uno de los primeros que levantó en España la bandera de Octubre, mucho antes de la fundación del Partido Comunista en el Congreso de la CNT celebrado en 1919 en el Teatro de la Comedia de Madrid. El movimiento de simpatía por el bolchevismo era muy fuerte tanto en el seno del PSOE como en el interior de la CNT y esto explica que la central anarcosindicalista se adhiriera «provisionalmente a la Internacional Comunista» y decidiera poco después enviar una delegación a Moscú en la que figuraban Joaquín Maurín y Andreu Nin.  Como se sabe, Nin no pudo regresar a Barcelona y fue nombrado secretario general adjunto de la Internacional Sindical Roja.

Nin en la URSS

La estancia de Nin en la URSS puede dividirse en dos partes.  Entre 1921 y 1926, Nin fue un hombre de Octubre. Según Maurín, «los dirigentes comunistas rusos, desde Lenin y Trotsky, hasta Bujarin y Zinoviev, sabían cual era el valor de Nin y consideraban su cooperación en lo que valía». Esa cooperación se expresó en las altas funciones que ocupó en el Soviet de Moscú, en el gobierno soviético y en la Internacional Comunista y las misiones políticas que realizó en Alemania, en Italia, en Francia y en otros países.  En realidad, ningún comunista español desempeñó tareas tan importantes como él en la URSS y en la Internacional Comunista.  En 1925, Nin acogió a Francesc Macià y fue, como se dijo, el «intermediario ideal» entre las autoridades soviéticas (Zinoviev y Trotsky) y el líder del catalanismo radical de entonces. Entre 1926 y 1930, Nin fue dirigente de la Oposición de izquierda porque se oponía, como tantos otros, a la burocratización del régimen y era, como dijo Víctor Serge, de los que reclamaban «el derecho a pensar y hablar y una reforma capital para restablecer la democracia obrera» destruida por Stalin. En una terrible atmósfera de calumnias, de destituciones y deportaciones a Siberia, Nin organizó la ayuda a Trotsky y a todos los deportados de la oposición y no fue detenido porque Stalin no se atrevía a perseguir a los extranjeros que tenían una fuerte personalidad. Finalmente, fue expulsado de la URSS y pudo regresar a Barcelona en octubre de 1930.
En los años 1927-29, Nin mantuvo una importante correspondencia con Maurín, detenido en Montjuic y luego exiliado en París. En una carta enviada a Paris por correo especial el 17 de Enero de 1927, Nin decía: «quieren que Moscú quede completamente libre de oposicionistas… El Buró Político ha decidido expulsar a Trotsky de la URSS… Todo el mundo supone que esta decisión está inspirada por el propósito de liquidar físicamente a Trotsky. Como no se tiene valor para hacerlo aquí se hará en otro país. Esta gente está decidida a todo. Es preciso alertar a la opinión».

Desde su llegada a Barcelona, Andreu Nin se propuso explicar la realidad de la URSS y la significación del estalinismo. Y ya entonces fueron muchísimos los que se acercaron a él para pedirle que atenuara sus críticas de la URSS en sus conferencias en los Ateneos de Barcelona y de Asturias «para no desmoralizar a los militantes comunistas». Era el argumento que ha servido siempre para ocultar la verdad y sirvió sobre todo durante la revolución y la guerra civil para imponer el silencio sobre la intervención de Stalin y sus agentes contra Largo Caballero, la CNT y el POUM.  Nin no cedió a semejantes presiones. Pero, de todos modos, recurrió a sus notorias cualidades pedagógicas para explicar sin menospreciar las enormes ilusiones que en aquella época se tenían con respecto a la URSS. Al fin y al cabo, Nin, como casi todos los oposicionistas, de derecha o de izquierda (para simplificar trotskistas o bujarinistas) pensaban que el «Estado obrero degenerado» de la burocracia podía ser reformado y creían en la regeneración de la Internacional Comunista y sus partidos.

Sin embargo, Nin no fue como los que volvían de la URSS y se callaban por oportunismo o por cobardía. Publicó y puso un prólogo tan excelente como severo al programa de Oposición de izquierda soviética y fue uno de los pocos que, en aquellos años, siguió con pasión la evolución de la URSS y aportó más cosas a la comprensión de la desastrosa política de Stalin. Y en un ensayo sobre el plan quinquenal y la colectivización forzosa de la agricultura, publicado en noviembre de 1932 en la revista Comunismo, llamaba a intensificar la acción «para evitar que la caída del estalinismo se convierta en la caída de la Revolución rusa y en un desastre irreparable para el proletariado internacional».

 La política de Stalin en España

Pese a todo, en julio de 1936, cuando se produjo la formidable réplica de los trabajadores a la insurrección militar franquista, Nin y casi todos nosotros tuvimos la esperanza de que la URSS acudiría en socorro de la Revolución española. Nin expresó esta esperanza ingenua en el discurso que, a petición de Lluis Companys, y en nombre de las autoridades y de los trabajadores de Cataluña, pronunció (en ruso y en catalán) para acoger a Antonov Ovseenko, nombrado Cónsul general de la URSS en Barcelona. Los hechos no tardaron en confirmar las sospechas de los que pensaban que Antonov, el oficial que dirigió en 1917 el asalto al Palacio de Invierno, ex-militante de la Oposición de izquierda con Nin y que luego había capitulado ante la burocracia, era el enviado de Stalin para defender la estrategia de «no intervención» de Inglaterra y Francia y para intervenir en una política de ataque brutal contra el POUM, la CNT y todas las organizaciones revolucionarias.

Poco después, a fines de agosto de 1936, llegaba a Barcelona el eco de los procesos de brujería de Moscú y la noticia de la ejecución de Zinoviev, Kamenev y Smirnov por la GPU en la Lubianka.  Sólo el POUM denunció la farsa y el crimen. Por iniciativa de Andreu Nin, La Batalla publicó una declaración de protesta y las informaciones que casi toda la prensa ocultaba. En realidad, en la URSS se habla impuesto una Constitución que abolía el sistema soviético e instituía el monopolio del partido único con un sufragio universal copiado del inventado en la Italia de Mussolini. El asesinato de Zinoviev, Kamenev y Smirnov anunciaba la liquidación de los cuadros del partido bolchevique. Nadie sintió esto como Nin, salvo Víctor Serge, que nos previno en seguida de las consecuencias que podía tener para España y para nuestra lucha contra Franco desde su exilio de Bruselas, donde había creado una «Comisión de Encuesta sobre los procesos de Moscú y por la defensa de la libertad de opinión en la Revolución».

Las directivas de Moscú no tardaron en llegar a España, donde el aparato de «consejeros» que dirigía el Partido Comunista, el PSUC y las JSU (Togliatti, Geroe, Codovila, Vittorio Vidale, etc.) inició la «lucha contra el trotskismo», que rompió el frente antifranquista, introdujo la división en las milicias y en el Ejército, impidió que el POUM formara parte de la Junta de Defensa de Madrid, obtuvo la exclusión de Nin del Consejo de la Generalitat, provocó las Jornadas de Mayo y la represión subsiguiente, eliminó a Largo Caballero e impuso a Negrín, abrió graves crisis en el PSOE y en la UGT y organizó el golpe del 16 de Junio de 1937 contra el POUM, el secuestro y el asesinato de Nin y la represión contra la izquierda socialista y contra la CNT y redujo la plena autonomía de Cataluña a una mera caricatura. A fines de 1937,la política de Stalin y sus agentes había conducido la España antifascista a un rango de «democracia popular», como las que conocimos muchos años después en el Este de Europa, lo cual tuvo consecuencias catastróficas para las conquistas revolucionarias de julio de 1936 y para el curso final de la guerra contra Franco. Todo esto, rápidamente resumido, se puede ver y comprender mejor que nunca a la luz de la experiencia de las «democracias populares» del Este, de las revelaciones efectuadas durante el proceso de la perestroika, del balance del estalinismo dentro y fuera de la URSS y del desastre final que ha sido el desmoronamiento vertical de la URSS.

Andreu Nin hizo frente siempre a las mistificaciones estalinistas y previó que el sistema de despotismo burocrático de Stalin sería finalmente funesto para la URSS y para el socialismo mundial. Combatió el estalinismo con todo su talento político mientras vivió e hizo frente a los verdugos que le asesinaron, convencido de que defendía el honor del POUM y de sus camaradas calumniados y también el honor de los dirigentes bolcheviques, sus compañeros y amigos, sacrificados en Moscú. Esto queda y quedará definitivamente en la Historia. Todo cuanto hemos hecho estos años para obtener que Gorbachov y los dirigentes del período de la perestroika aclararan las condiciones en que Nin fue secuestrado, torturado y asesinado no ha dado resultados. Pero no desesperamos todavía y por eso haremos todo cuanto esté a nuestro alcance para que el «secreto de Nin» sea descifrado. Por lo demás, habrá que aprovechar el centenario de Nin para abrir un debate sobre la experiencia global de la URSS y del estalinismo y sobre la necesidad de esta

Cómo fue el desarme de la división 29 del POUM (Miquel Adillon)

Tras los Hechos de Mayo de 1937 la presión comunista (y soviética) consiguió la caída del gobierno de Largo Caballero y su sustitución por el presidido por Juan Negrín. Se inició la etapa de represión contra el POUM, de marginación de los socialistas de izquierda y de aislamiento de los anarquistas. Miquel Adillón fue protagonista directo de los sucesos que relata en este artículo. Texto publicado en Iniciativa Socialista nº 66, otoño 2002. Miquel Adillón es autor del libro El último soldado del POUM

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Tierra y libertad. El triunfo de Ken Loach (Wilebaldo Solano)

Texto publicado en el número 37 de la revista Iniciativa Socialista, diciembre 1995, que destaca el gran éxito de la película Tierra y Libertad, convertida en un símbolo del reencuentro de muchos jóvenes con el pasado revolucionario y antiestalinista que representó el POUM.

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