Juan Andrade, un 1º de mayo, hace cuarenta años (Pelai Pagès, 2021)

Era el día 1 de mayo de 1981 cuando Juan Andrade, uno de los fundadores del Partido Comunista de España, de la Izquierda Comunista y, posteriormente, del POUM, nos dejó después de una larga enfermedad, como recuerda la nota que nos envió su compañera Mª Teresa. Una fecha, no hace falta decirlo, enormemente emblemática para una personalidad que desde muy joven había estado combatiendo en el movimiento obrero. Nacido en 1897, había comenzado a militar en las Juventudes Radicales de Madrid, pero en 1916 ingresó en el Grupo de Estudiantes Socialistas y hasta el mes de abril de 1920 perteneció a las Juventudes Socialistas. Entusiasta de la revolución rusa, fue uno de los protagonistas de la escisión en abril de 1920 que llevó a la formación del Partido Comunista Español y al año siguiente al definitivo Partido Comunista de España, en el seno del cual dirigió su órgano de prensa «La Antorcha», hasta que, con el ascenso de Stalin al poder en la URSS y la estalinización del partido se fue apartando. Al iniciarse la Segunda República fue uno de los protagonistas del renacimiento editorial de Madrid, fundando la editorial Cenit, las Ediciones Hoy e inspirando Ediciones Oriente.

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Los trotskistas extremeños, la Izquierda Comunista y el POUM (Pelai Pagès)

Cuando, tras la expulsión de Trotski de la Unión Soviética, en enero de 1929, se constituyó el trotskismo como movimiento político independiente, a nivel internacional, y se creó la denominada Oposición Comunista de Izquierda en una conferencia que tuvo lugar en París en abril de 1930, muy pronto se formaron también organizaciones trotskistas en toda Europa. De hecho, desde el inicio de los conflictos que en la URSS, después de la muerte de Lenin, habían enfrentado a Stalin contra Trotski, este había tenido partidarios en todos los países. Y España no fue una excepción. Aquí se estaba saliendo de la Dictadura de Primo de Rivera, en un momento en que el Partido Comunista de España se hallaba en una crisis total y en la que parte de sus militantes y dirigentes –como sucedía con otros partidos y sindicatos de izquierdas- se encontraban en el exilio. Y fue justamente en el exilio, en concreto en Lieja (Bélgica), donde en febrero de 1930 se celebró la primera Conferencia Nacional de la Oposición Comunista española, impulsada por un dirigente de la Federación Comunista de Vizcaya, Francisco García Lavid (que firmaba sus artículos con el seudónimo de Henri Lacroix).

Nos encontramos en vísperas de la proclamación de la Segunda República, que tuvo lugar el 14 de abril de 1931, y en un momento en que se estaba produciendo el regreso masivo de casi todos los exiliados y al mismo tiempo se estaban reorganizando el conjunto de fuerzas sociales y políticas. En este contexto –y también con la llegada a España de importantes dirigentes, como Andreu Nin, que llegó a Barcelona después de nueve años de estancia en la URSS-, al proclamarse la Segunda República se impulsó la organización de la Oposición Comunista de España –en marzo de 1932 pasó a denominarse Izquierda Comunista de España-. A partir básicamente de la adhesión personal de miembros expulsados del Partido Comunista se empezaron a crear secciones de la Oposición en Madrid, Asturias, el País Valenciano, Andalucía, Cataluña, y Extremadura.

En Extremadura, muy pronto apareció la figura destacada de Luis Rastrollo, un personaje muy activo, que había nacido en Fuente del Arco en 1908 y que se instaló en Llerena, una de las poblaciones extremeñas donde el trotskismo alcanzó una mayor implantación. Según parece, Rastrollo formó parte ya de la primera dirección que la Oposición Comunista tuvo en España y participó en su II Conferencia reunida en Madrid el día 7 de junio de 1931. En ella apareció con el seudónimo de L. Siem, en representación de Extremadura, donde dio cuenta de la situación en que se hallaba la demarcación por él representada. Que muy pronto organizó a los campesinos de la comarca de Llerena, viene constatado por la información que apareció en la revista “Comunismo”, en octubre de 1932, con estos términos:

“El obrero del campo, en Badajoz, es explotado de una manera mucho más bárbara que ningún otro trabajador español. Adormecido por el socialismo, el campesino extremeño no había despertado a la lucha de clases hasta muy recientemente. Pero anhelantes de pan y trabajo, no pueden ver transcurrir el tiempo los campesinos de Badajoz, dejándose morir de hambre; están dispuestos a defender su derecho a la vida, sea como sea. (…) A pesar de ello, los campesinos de Llerena, Berlanga, Maguilla, etc., no están dispuestos a morirse de hambre ante la perspectiva de un invierno que se presenta con caracteres verdaderamente trágicos. En dichos pueblos, los campesinos actúan bajo la influencia directa de la Oposición Comunista. Todas las organizaciones campesinas del distrito de Llerena cuentan en su dirección únicamente con elementos oposicionistas. Contra nuestros camaradas va dirigido todo el odio de la burguesía y de sus servidores, y principalmente contra nuestro camarada Luis Rastrollo, que ha puesto todo su entusiasmo y revolucionarismo al servicio de aquellos explotados de la tierra.”

De hecho, en el mismo año 1932 Rastrollo había impulsado una huelga de campesinos que, finalmente, le había llevado a la cárcel, en un momento en que, aprobada la Ley de Reforma Agraria, su aplicación se llevaba de manera muy lenta y no solo no resolvía el acceso de los campesinos a su tierra sino que tampoco resolvía el tema del paro. Los conflictos agrarios que vivió Llerena a lo largo de 1932 y también en los años siguientes fueron, ciertamente, muy importantes y violentos, como ha estudiado José Hinojosa Durán en Un episodio original en el movimiento obrero extremeño: el núcleo trotskista de Llerena durante la II República (1931-1936) (en Francisco J. Mateos Ascacibar, Felipe Lorenzana de la Puente (coord..): Actas de la I Jornada de historia de Llerena. Llerena, 2000).

Hasta tal punto que en febrero de 1933 “nuestros compañeros Rastrollo, Martín, Fuentes y Gallarín llevan siete meses (aparte de varios otros que estuvieron antes) en la cárcel de Fuente de Cantos, de la provincia de Badajoz, solo por acusárseles de ser los dirigentes de una huelga en que los campesinos se limitaban a pedir trabajo para los demás” (Comunismo, febrero de 1933). Que su actuación había hecho mella entre los campesinos de Llerena y la comarca aún se constataba en el mes de abril del mismo año cuando se recordaba que “los campesinos del distrito de Llerena están cada día más firmemente adheridos a la Izquierda Comunista, que ha dirigido con éxito sus luchas, y cuyos militantes más caracterizados se encuentran en la prisión por defender resueltamente sus intereses”.

Además de Rastrollo, otros militantes de la Oposición Comunista que dirigieron a los trabajadores de Llerena fueron Eduardo Mauricio; Regino Marín, que organizó el sindicato de la construcción de Llerena; José Martín, jornalero, miembro del Comité Central de la Izquierda Comunista y presidente de la Federación Local de Sindicatos Obreros de Llerena; Félix Galán, campesino; Carlos Llarza, seudónimo de Julián Gómez Sánchez, etc.
Otras poblaciones de la comarca donde la Izquierda Comunista tuvo presencia fueron Maguilla, con una veintena de militantes en abril de 1932 y unos 50 un mes más tarde. Militantes de esta población formaron parte del Comité de huelga que dirigió las huelgas campesinas del verano de 1932. En Fuente de Cantos, un militante de la Oposición, Pedro Corraliza Peguero, fue candidato por Badajoz en las elecciones generales de noviembre de 1933, presentado por el Partido Comunista, y poco después fue juzgado y condenado a tres años de cárcel por atentado a la autoridad. Otra población que sabemos que estuvo influenciada por la Oposición fue Berlanga.

Cuando en septiembre de 1935 la Izquierda Comunista se unificó con el Bloque Obrero y Campesino para constituir el Partido Obrero de Unificación Marxista, la inmensa mayoría de los militantes extremeños se afiliaron al nuevo partido, desoyendo las consignas de Trotski, que pretendía que los militantes de la Oposición se afiliaran al Partido Socialista, constituyendo en su seno una fracción. De hecho muy pocos de ellos aceptaron esta suposición y en el caso de los antiguos trotskistas extremeños solo unos casos puntuales se avinieron a los designios de Trotski.

El hecho  es que con el nuevo partido se produjo un aumento de la militancia. Si en el momento de constituir el nuevo partido en Llerena contaba con 122 militantes, unos meses más tarde, al estallar la insurrección militar en julio de 1936, tenía unos 230 militantes. Ello en buena medida se explica porque tras elecciones del Frente Popular (febrero 1936) el POUM de Llerena había organizado una colectividad agraria de 12 fanegas de extensión. Los mismos militantes de Llerena lo explicaban así, en las páginas del periódico del POUM La Batalla, del día 5 de junio de 1936:

“Después de trabajar nuestra parcela particular, la que nos ha correspondido individualmente, trabajaremos la de nuestra Sección. Rápidamente hemos realizado ya las faenas preliminares. Primero roturado la tierra para los barbechos, trabajo realizado voluntariamente por nuestros militantes. El que tiene yuntas las ha facilitado y los demás las herramientas. La roturación ha sido difícil porque el terreno venía destinado a pasto”.

De hecho, según parece, en el momento de la fundación del POUM, si hemos de creer a Jean Rous, un trotskista francés que vino a España en septiembre de 1935, a raíz del proceso de unificación que se estaba viviendo, los militantes que había en Extremadura eran en total unos 400, y en su informe añadía que “esta cifra debe ser reducida si se tiene en cuenta que por razones de nivel político de algunos militantes, se procedió en estos últimos tiempos a un reagrupamiento más estrecho. En Extremadura (en el radio de Llerena) nuestros camaradas tienen una verdadera influencia de masas en la vida política y profesional de la región. Los sindicatos de trabajadores de la tierra, de artesanos (panaderos, zapateros) están bajo su dirección”.

El estallido de la Guerra Civil truncó la situación de manera muy rápida. Si bien en un primer momento Llerena quedó bajo el control de la República, en su avance desde Andalucía los militares insurrectos se plantearon conquistar Llerena por el interés estratégico que poseía la ciudad y, de hecho, a principios de agosto de 1936, a pesar de la resistencia que pusieron los milicianos, la ciudad acabó bajo el control de los militares. La represión que llevaron a cabo fue intensa. Se habla de “un mínimo de 440 personas las que fallecieron en Llerena o que siendo de Llerena murieron en otras localidades por motivo de la guerra y la dictadura. De ellas, 330 fueron como consecuencia de la entrada de las tropas franquistas y de la represión posterior, a los que habría que añadir los presos republicanos muertos en la cárcel o fusilados” (Ángel Olmedo Alonso: De la esperanza revolucionaria a la fosa común. Represión franquista en el caso de Llerena (Badajoz), en El genocidio franquista en Extremadura, publicado en Memòria Antifranquista del Baix Llobregat, nº 8, 2012). De ellos sabemos que de los 230 afiliados que tenía el POUM en la población, más de 50 murieron en la represión de principios de la guerra, entre otros José Martín Rafael, que fue fusilado en Badajoz, en el Campo de San Juan.

Tampoco se salvó Luis Rastrollo, pero en este caso no fue fusilado en Extremadura sino en Galicia. El que fuese, sin duda, el dirigente más destacado de la Izquierda Comunista y del POUM de Llerena, desde 1935, antes, pues, de estallar la guerra, había sido destinado para organizar la Federación Gallega del POUM y de hecho organizó el POUM de Galicia creando diversas secciones en Santiago de Compostela, La Coruña y otras ciudades gallegas. Residente en Santiago, fue detenido al iniciarse la guerra, juzgado por un tribunal militar y fusilado el 3 de diciembre de 1936.
Otros dirigentes consiguieron salvarse, pasar al campo republicano y, después de la guerra, exiliarse en Francia. Pero la presencia, primero del trotskismo y después del marxismo revolucionario que representaba el POUM, no consiguió consolidarse en Extremadura, si bien, ciertamente, Llerena acabó siendo un referente para muchos de los militantes del POUM que acabaron marchando al exilio.

Juan Andrade en los antecedentes de la revolución española (Javier Maestro)

Artículo publicado en Cuadernos de Comunismo nº 5 con el título “Juan Andrade y la revolución española».

Juan Andrade nació en Madrid en 1897 y en esta ciudad pasó la mayor parte de su vida militante. A ella volverla también en 1979 después de haber pasado 40 años en París. Aunque ya no participaba activamente en ninguna organización política, nunca renunció a su pasado ni a su compromiso político; con la misma energía se resistía a vivir sólo del pasado. Con entusiasmo desbordante -aunque éste muchas veces fuera decepcionante- se sumía en los problemas de nuestros días.

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La trayectoria política de Andreu Nin (Francisco de Cabo, 1992)

Publicado originalmente en catalán en el folleto «A l´entorn del centenari d´Andreu Nin», Fundació Andreu Nin, 1992. La edición en castellano está basada en el texto íntegro mecanografiado de Francisco de Cabo en esta lengua, incluyendo algunas variaciones sobre el texto publicado.

Los detractores del político Andreu Nin, malintencionados o por desconocimiento de su trayectoria, han esgrimido, como arma denigratoria contra él, que su evolución política suponía una serie de zigzagueos incoherentes. Otros afirman que Nin equivocó su vocación pues era un intelectual metido por error a la política, deduciendo, por tanto, que hubiese sido mejor que se hubiera dedicado a la crítica literaria o a la historia de la literatura basándose en las bellas páginas que escribió sobre escritores y sus obras. También podrían haber dicho que hubiera dado mucho más de sí si se hubiera dedicado de lleno a la pedagogía, disciplina intelectual en la que sobresalió, usándola como un arma política más. Unos y otros olvidan que grandes revolucionarios como Marx y Trotski, para mencionar sólo a los más notorios, también escribieron páginas inolvidables de crítica e interpretación literaria. Piensan como sí el político de raza fuese solamente un profesional como lo es un médico, un ingeniero, etc. y no como debe ser: un intérprete de la estructura social que le rodea enlazándola con una cosmovisión de la historia humana.

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Un poumista en las Brigadas Internacionales (Francisco de Cabo)

En las descripciones de los hechos que relato sobre la guerra civil española, puede que se refleje el apasionamiento de un protagonista pero ello no es óbice para que no sea una trascripción fiel. He leído y oído numerosas narraciones y estudios analíticos sobre la guerra civil española e historias de la misma de profesores extranjeros y españoles, como asimismo memorias de protagonistas, pero en ninguna me he sentido identificado e interpretado como en los escritos de George Orwell, Continuar leyendo «Un poumista en las Brigadas Internacionales (Francisco de Cabo)»

Eugenio Fernández Granell y la Izquierda Comunista de España. 1931-1935 (Pelai Pagès)

Uno de los aspectos menos conocidos de la polifacética personalidad de Eugenio F. Granell ha sido el que se refiere a su militancia política en los años de la Segunda República.

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En el 70 aniversario de la fundación del POUM. La lucha por la libertad y el socialismo (Wilebaldo Solano, 2005)

Texto leído en el acto conmemorativo del 70 aniversario de la fundación del POUM  celebrado en Barcelona el 29 de septiembre de 2005. Wilebaldo Solano no pudo asistir al acto por encontrarse enfermo. 

El Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) fue  fundado en Barcelona el 30 de Septiembre de 1935 en una casita del  barrio de Horta. Es decir hace 70 años. Como estábamos todavía en una fase de relativa clandestinidad impuesta  tras el movimiento de Octubre de 1934,  se consideró prudente que el acontecimiento no fuera público y que se limitaran los delegados. Pero estos eran muy representativos y entre ellos figuraban Joaquín Maurín y Andreu Nin. Su misión era elegir un Comité Ejecutivo y preparar un Congreso de la nueva organización.

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La fundacion del POUM (1985, Ignacio Iglesias)

Texto escrito en el año 1985, en el que se cumplió el 50 aniversario de la fundación del POUM.

No estará de más, antes de referirnos a la creación del POUM en aquel ya un poco lejano 29 de septiembre de 1935, hace pues justamente cincuenta años [al escribir el texto], echar una breve ojeada a la situación del movimiento obrero español, mejor dicho, a las organizaciones sindicales y políticas que lo representaban, en el momento de la proclamación de la República, en abril de 1931, fecha que señala grosso modo el inicio del proceso revolucionario, que con distintos altibajos habría de abocar a la guerra civil y al establecimiento de la dictadura franquista. Continuar leyendo «La fundacion del POUM (1985, Ignacio Iglesias)»

El POUM en la historia (1986, Wilebaldo Solano)

Este texto tiene su origen en la ponencia presentada en un coloquio organizado por el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Barcelona. Aunque data de octubre de 1986, conserva plena actualidad, y constituye una breve síntesis de la trayectoria del POUM desde sus orígenes hasta la Guerra Civil, pasando por su persecución bajo el gobierno de Negrín y su organización clandestina. La versión anotada que aquí publicamos está tomada del libro El POUM en la Historia, Wilebaldo Solano, Ed. Libros de la Catarata-Fundación Andreu Nin, Madrid, 1999.

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