Diciembre 1994. Traducción de Andrés Lund Medina.
El acercamiento acrítico al progreso técnico constituye la tendencia dominante en el marxismo desde el fin del siglo XIX. El punto de vista del propio Marx era menos unilateral, ya que se encuentra en sus escritos un intento de entender dialécticamente las antinomias del progreso.
Es verdad que en ciertos trabajos suyos el papel históricamente progresivo del capitalismo está subrayado. Por ejemplo, en el Manifiesto del partido comunista, se encuentra una celebración entusiástica al progreso tecnológico burgués: «La burguesía, a lo largo de su dominio de clase, que cuenta apenas con un siglo de existencia, ha creado fuerzas productivas más abundantes y más grandiosas que todas las generaciones pasadas juntas. El sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, el empleo de las máquinas, la aplicación de la química a la industria y a la agricultura, la navegación de vapor, el ferrocarril, el telégrafo eléctrico, la asimilación para el cultivo de continente enteros, la apertura de ríos a la navegación, poblaciones enteras surgiendo por encanto, como si salieran de la tierra. ¿Cuál de los siglos pasados pudo sospechar siquiera que semejantes fuerzas productivas dormitasen en el seno del trabajo social?»