Alberto Masó March nació en Barcelona en 1918 y murió en París el 21 de Noviembre de 2001, tras una larga enfermedad que le mantuvo alejado durante varios años de toda actividad militante, aunque siguió siempre con interés los acontecimientos políticos y sociales y las actividades de sus compañeros más próximos. Cursó estudios en la Escuela Blanquerna de Barcelona e inició siendo muy joven su vida política. En Enero de 1934 ingresó en las Juventudes del Bloque Obrero y Campesino en el barrio de Gracia de Barcelona, que era entonces y fue, durante muchos años, uno de los más interesantes de la capital catalana por su intensa vida cultural, sindical y política
Masó no tardó mucho tiempo en manifestar sus mejores cualidades. El movimiento revolucionario de Octubre de 1934, que en Cataluña se redujo a la huelga general organizada por la Alianza Obrera y a la proclamación del “Estado catalán dentro de la República Federal española” por Lluis Companys, presidente de la Generalitat, fracasó porque sólo pudo triunfar en Asturias y la dirección de Madrid no fue capaz de coordinar las luchas. Los militantes del BOC y de la Alianza Obrera, en su afán de ayudar a los combatientes de Asturias, constituyeron una columna que se equipó con las armas abandonadas por la milicia de la Esquerra (los “escamots”) y se dirigieron a Sabadell, desde donde pensaban que se podía reanimar el movimiento. Pero fueron contenidos por la Guardia Civil. Masó hizo sus primeras armas en esa columna y tuvo la suerte de no ser herido ni detenido.
Alberto Masó siguió militando durante el periodo represivo que comportó el fracaso de Octubre y se incorporó a los Gabocs, grupos de acción que animaba Josep Rovira y que iban a jugar un papel capital en Julio de 1936. Masó fue de los que aprobaron con entusiasmo la fusión del Bloque Obrero y Campesino y la Izquierda Comunista y la creación del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y desarrolló múltiples actividades en el barrio de Gracia, donde los poumistas eran fuertes y animaban multitud de tareas sindicales y culturales. Un día nos sorprendió con un artículo interesante y bien escrito en “La Batalla”. Solano y Maurín le incitaron a escribir más, pero sólo hizo algunas cosas para el semanario “L’Hora”. Pensaba que en el partido había mucha gente que escribía mejor que él.
Lucha en España y resistencia en el exilio
El 19 de Julio de 1936,cuando se sublevaron los militares reaccionarios, Masó se incorporó a la lucha armada desde el primer momento, junto con Josep Rovira, Germinal Vidal, Manuel Grossi, Fernández Jurado, Luis Roc y tantos otros, Participó en los combates de la Plaza de la Universidad, de la parte alta de las Ramblas y de Atarazanas y fue herido sin gravedad. Salió para el frente de Aragón en las primeras columnas que formaron unos días después la CNT y el POUM y se encuadró en la mandada por Manuel Grossi y Jordi Arquer. Fue herido en el frente de Tierz, trasladado a un hospital de Barcelona y luego al célebre sanatorio de Alp, organizado por médicos del POUM. Durante las Jornadas de Mayo de 1937 participó en la lucha defensiva en el barrio de Gracia. Cuando se produjo el golpe stalinista contra el POUM organizado por el general Orlov, jefe del KGB en España, se incorporó a la lucha clandestina de su partido y fue detenido y recluido en la Cárcel Modelo de Barcelona, donde sólo permaneció 4 meses gracias a la solidaridad de uno de los jueces honestos que se oponían a la represión. Regresó al frente como teniente del Ejército, función que le correspondía tras un curso en una de las Escuelas de guerra de entonces y la militarización de las Milicias. Después de la caída de Barcelona, pasó a Francia con su unidad y fue internado en el campo de Argelès sur Mer, del que logró escaparse sin grandes problemas. El Servicio de ayuda a los exiliados, creado por militantes de diversas organizaciones españolas y extranjeras, facilitó su traslado a París.
Masó y otros compañeros constituyeron un grupo de acción para defender a las víctimas del exilio en dificultad. Millares de exiliados tenían que vivir “sin papeles”, como se dice hoy de muchos emigrantes. Los que se habían batido casi solos contra el fascismo y por la libertad en Europa, eran clandestinos y estaban a merced del primer policía que les interrogaba, incluso si tenían un domicilio acogedor en un hogar francés de izquierda. Pues bien, Masó, Puig y Rafael García (el intrépido comisario político del batallón de choque de la 29 División) fueron a parar a la prisión de la Santé, donde permanecieron cerca de dos años (1939-1941). A la salida de la cárcel, todo fueron problemas. Fue internado en el cuartel de Les Tourelles. con vistas a la deportación. Una enfermedad le condujo al Hospital Tenon bajo control policiaco. Pero pudo escaparse Apenas restablecido, fue detenido de nuevo y. a fines de Octubre de 1941, le enviaron a Alemania, donde le internaron en un campo de polacos ligado a una fábrica de I.G. Farben Industrie. A su regreso a Francia entró en relación con un grupo político bordiguista. Eran militantes, italianos y franceses, que le acogieron muy bien, pero con los que tenía muchas divergencias políticas. En 1944 se puso en relación con los militantes del POUM de París, lo que permitió que pasara un año en un sanatorio de Suiza para rehacer una salud muy quebrantada.
La experiencia de “Socialisme ou Barbarie”
La parte más importante de la vida política de Masó en el exilio es la que retiene sobre todo el famoso Diccionario de Maitron: su militancia en el grupo “Socialisme ou Barbarie”. Por dos razones esenciales. La primera es porque “Socialisme ou Barbarie” apareció en 1950, es decir, en uno de los momentos más graves de la “guerra fría” y en un clima de ascenso del stalinismo en los medios obreros e intelectuales de Francia. Castoriadis, Lefort, Lyotard, Masó y demás rompen con todos los tópicos y todas las imposturas del stalinismo y sus satélites y emprenden una lucha política y teórica que implica la crítica radical de la burocracia rusa y la restauración de los auténticos valores del socialismo. Se acabó la idea del “Estado obrero degenerado de la URSS” que puede ser corregido o renovado. Se acabó el esquema y todo lo que éste comportaba. Era la hora de abrir las puertas y las ventanas y de preparar otro porvenir. Masó, que tenía que protegerse con seudónimos porque era un “extranjero con antecedentes”, participó en la tarea con todas sus fuerzas bajo el nombre de Vega. Y, además, como casi siempre, mantuvo el contacto con nosotros.
La experiencia de “Socialisme ou Barbarie” se desarrolló entre 1950 y 1965. Castoriadis se retiró con algunos de sus amigos casi en vísperas del gran movimiento de Mayo de 1968. Lyotard, Vega y Souyri, que habían roto con Castoriadis, se reagruparon alrededor del periódico “Pouvoir Ouvrier» que se publicó hasta 1969. La experiencia de “Socialisme ou Barbarie” puede ser discutida y criticada, pero no cabe la menor duda que fue un elemento importante de reflexión en aquellos años difíciles en los que la insolencia stalinista aplastaba conciencias, organizaciones y posibilidades políticas independientes. En fin, el movimiento de Mayo de 1968 fue alimentado en los medios de la juventud intelectual francesa por los análisis críticos de “Socialisme ou Barbarie”.
El retorno al POUM y a Cataluña
Alberto Masó se reincorporó al POUM en 1972, utilizando el seudónimo de Julio Gil. Estaba un poco cansado de sus experiencias en las organizaciones francesas y sentía que se acercaba el fin de la dictadura franquista. Por lo demás, estaba cada vez más interesado por lo que nosotros hacíamos en el terreno español e internacional y, sobre todo, por “La Batalla” y “Tribuna Socialista”. Digamos entre paréntesis que el POUM no se opuso nunca a los compañeros que pensaban que el internacionalismo exigía trabajar en el país y el medio en que se vivía. Para éstos, el largo exilio y el trabajo profesional imponían militar temporalmente en las organizaciones francesas afines al POUM. Masó era de los que pensaban así. Y los compañeros residentes en Francia le incorporaron muy pronto al Comité Ejecutivo, un organismo que se renovó con frecuencia para evitar el anquilosamiento y la rutina y facilitar el enlace con las nuevas generaciones. Su incorporación coincidió con un período muy intenso de relaciones con las nuevas organizaciones revolucionarias, o que se pretendían tales, que iban surgiendo en España: el FELIPE, el FOC de Cataluña, Lucha Obrera, Acción Comunista, las Comunas revolucionarias de acción socialista de Asturias, etc. En el POUM se desarrollaba una gran discusión sobre la renovación y el enlace con las nuevas generaciones y había surgido la idea del reagrupamiento de los marxistas revolucionarios, que no compartían los partidarios del reagrupamiento socialista en Cataluña. Volvió a salir “Tribuna Socialista.
Tras la muerte de Franco, Masó fue uno de los primeros que regresaron a España para apoyar el esfuerzo de los de los que trataban de reconstituir el POUM con el aporte de la nueva generación y ampliar el proceso de reagrupamiento de los marxistas revolucionarios. Su concurso fue muy importante para la reaparición de “La Batalla” y su difusión en toda España y para muchas otras tareas: conferencias del POUM en Barcelona y en Sevilla, participación en las elecciones, publicación de folletos políticos, relaciones con las organizaciones afines. Todo esto se llevó a cabo entre los años 1975 y 1981 y está bien resumido en el folleto de Pelai Pagés titulado “ El POUM en la transición”. Pero Masó no pudo ir más lejos y cayó enfermo en Bilbao. Desgraciadamente, su enfermedad se agravó y le mantuvo durante varios años alejado de la vida política y sólo pudo ayudar a varios historiadores que reclamaron su colaboración. Y principalmente a Philippe Gottraux, autor de un libro importante, “Socialisme ou Barbarie. Un compromiso político e intelectual en la Francia de la postguerra” (que no ha sido traducido todavía al castellano), y Philipe Bourrinet, autor de su biografía para el Diccionario francés de Maitron, que se propone incluir en sus páginas a los españoles que jugaron un papel destacado en la resistencia al fascismo durante la segunda guerra mundial. He ahí el breve balance de una vida intensa y abnegada de un militante revolucionario que lo puso todo en el socialismo auténtico y en la libertad.
10 de febrero de 2002