El 13 de marzo de 2002 falleció en París el compañero Enrique Ariño Quintilla como consecuencia de una grave enfermedad que le mantuvo alejado de toda actividad política. Ariño nació en 1912 en Barcelona y fue miembro del Comité Ejecutivo de la Juventud Comunista Ibérica durante la guerra civil y del Comité Ejecutivo del POUM en los últimos años del exilio. Había nacido en Barcelona el 13 de abril de 1912.
Enrique Ariño era ceramista. Le enseñó el oficio Joaquín Carbonell, simpatizante del Bloque Obrero y Campesino. Trabajó durante muchos años en una importante empresa de cerámica de Barcelona e ingresó en el BOC siendo muy joven y se integró en seguida en la Juventud Comunista Ibérica. Era lo que podríamos llamar el militante obrero ejemplar de aquellos años. Sólo había pasado por la escuela primaria y tenía una sed de instrucción y cultura impresionante. El militante sindical y político, con pleno sentido de sus responsabilidades, quería saber todo lo que no le había procurado la enseñanza elemental. Leía y estudiaba con verdadera pasión y se acercaba a los estudiantes de la Juventud Comunista Ibérica en demanda constante de informaciones y libros. Cuando creamos la Asociación de Estudiantes Revolucionarios, se puso en relación con nosotros para que estableciéramos una relación eficaz con los alumnos de formación profesional de la Escuela Industrial de Barcelona, cosa que logramos sin dificultad y dió un nuevo carácter a nuestra organización. La AER comenzó a ser considerada y respetada por los dirigentes de la famosa Universidad Autónoma de Barcelona.
Ariño, siempre disponible para el trabajo y la acción, participó en todas las actividades del BOC, de la JCI y del POUM (manifestaciones, huelgas, jornadas de Octubre de 1934, lucha contra los militares insurrectos en Julio de 1936). En septiembre de l936 fue elegido miembro del Comité ejecutivo de la JCI en la conferencia general de esta organización celebrada en Barcelona, Fue secretario de organización hasta su detención por la policía stalinista en Abril de 1937. Los jueces le enviaron a la Prisión del Estado de Barcelona donde se encontraban Andrade, Solano, Gorkín, Rodes y otros dirigentes del POUM. Fue evacuado con ellos a la prisión de Cadaqués dos días antes de la caída de Barcelona. Logró, como los demás, pasar a Francia. Cuando estalló la guerra fue asignado a Chartres en residencia vigilada, con Andrade y Solano y otros compañeros.
Durante la segunda guerra mundial vivió en condiciones muy difíciles y estuvo a punto de ser deportado a Alemania. Finalmente, logró un trabajo interesante en una fábrica de porcelana de Limoges. Siguió militando en el POUM y fue elegido miembro del Comité ejecutivo en 1970. Regresó a España en 1976, pero motivos profesionales y familiares le obligaron a volver a París. Enrique Ariño, como tantos otros militantes de la JCI y del POUM, vivirá en la memoria de todos los que le conocieron y le estimaron en los días de lucha y de gloria de su generación que están fuertemente grabados en la Historia.