En el 70 aniversario de la fundación del POUM. La lucha por la libertad y el socialismo (Wilebaldo Solano, 2005)

Texto leído en el acto conmemorativo del 70 aniversario de la fundación del POUM  celebrado en Barcelona el 29 de septiembre de 2005. Wilebaldo Solano no pudo asistir al acto por encontrarse enfermo. 

El Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) fue  fundado en Barcelona el 30 de Septiembre de 1935 en una casita del  barrio de Horta. Es decir hace 70 años. Como estábamos todavía en una fase de relativa clandestinidad impuesta  tras el movimiento de Octubre de 1934,  se consideró prudente que el acontecimiento no fuera público y que se limitaran los delegados. Pero estos eran muy representativos y entre ellos figuraban Joaquín Maurín y Andreu Nin. Su misión era elegir un Comité Ejecutivo y preparar un Congreso de la nueva organización.

El propósito era fundar un nuevo j organizaciones marxistas revolucionarias  creadas en los años 1930-1931. El Bloque Obrero y Campesino, formado bajo la  dictadura de Primo de Rivera constituía una reacción  contra la degeneración burocrática de la Internacional Comunista y el sectarismo dogmático de su sección española. Y la Izquierda Comunista  había surgido  con los militantes que se habían solidarizado con la Oposición de Izquierda creada por León Trotsky.

La fusión del Bloque  Obrero y Campesino con la Izquierda Comunista fue el resultado de un largo trabajo en común en el seno de la Alianza Obrera, (bloque de casi todas las organizaciones políticas y sindicales) que  abrió  nuevas  perspectivas. El  POUM, que pesaba bastante en Cataluña  y tenía bases sólidas en Valencia y en Aragón, amplió su radio de acción a diversas regiones de España,  creó secciones importantes en Galicia, en Asturias, en Extremadura y entró en una fase  de expansión  peninsular, que era su principal objetivo.  Por lo demás, la fusión con la Izquierda Comunista aportó un equipo valores intelectuales y políticos importantes.

El POUM fue reconocido por todas las organizaciones políticas y sindicales y colaboró en las luchas contra el ascenso del fascismo en Europa y contra las ofensivas  reaccionarias en España. Por lo demás, participó en la coalición  obrero-republicana de Febrero de   1936 que dio la victoria electoral a las izquierdas. Aunque sólo pudo obtener el acta de diputado de Joaquín Maurín, que fue uno de los primeros que denunciaron  en el Parlamento el peligro del golpe militar de Julio del 36.

Todo el mundo sabe que el POUM fue una de las fuerzas que intervinieron activamente en la lucha contra la insurrección  militar-fascista en Cataluña, en Valencia, en Madrid, en Asturias y en otros lugares, que formó parte del Comité de Milicias de Cataluña, del Comité Ejecutivo Popular de Valencia del Consejo de la Generalitat catalana y de centenares  de comités revolucionarios en diversos organismos del  país. Y algunos saben también que el primer embajador ruso en España fue el primero que se opuso a que el POUM estuviera representado en la Junta de Defensa de Madrid. Nuestra peor desgracia fue que la guerra civil y el proceso revolucionario coincidieran con el viraje brutal de Stalin que llevó a la muerte a algunas de las figuras más destacadas de la Revolución rusa como Zinoviev, Kamenev y Bujarin.

Mucha gente calló ante los escandalosos procesos de Moscú, Un partido como el POUM no podía encerrarse en el silencio ante un crimen que anunciaba claramente muchos más. El POUM publicó  una declaración condenando los procesos de Moscú. Y, a partir de entonces, Stalin nos declaró la guerra y puso en juego todos sus medios para calumniarnos y destruirnos. La cosa cayó mal pues era un momento en que la gente ponía esperanzas en la ayuda de la URSS  y, por otra parte, Stalin quería dirigir la política española y acentuaba su presión sobre el gobierno republicano. El general Orlov, jefe de la GPU en España, se atribuyó poderes absolutos  para organizar calumnias y persecuciones pasando por alto todos los poderes legales del Estado. Pero su primer ensayo político había sido la destitución de Largo Caballero  como jefe del gobierno y su sustitución por Negrín. Stalin pedía un hombre dócil y un viraje político que liquidara el proceso revolucionario y abriera el paso a una  especie de “democracia popular” dirigida y animada por el Partido Comunista (algo parecido a lo que se creó muchos años más tarde en Checoslovaquia y en Polonia).

El hecho es que unas semanas más tarde, cuando creían que dominaban mejor el aparato del Estado y el Ejército y que las grandes fuerzas de izquierda (Partido Socialista, CNT, etc.) no parecían oponer resistencia a sus planes, el general Orlov pasó al ataque y sus policías procedieron al secuestro de Andreu Nin y a la  detención de Andrade, Bonet, Gorkin, Escuder y numerosos militantes del POUM. El golpe fue acompañado del asalto a nuestros locales, la supresión del diario “La Batalla” y toda la prensa del partido y el robo general en los domicilios personales de los  detenidos. Y para completar la operación impusieron la censura en la prensa y en la Radio durante una semana. Unos días después, los periódicos comenzaron a hablar de un “grave complot fascista”. Tenían miedo de que  se supiera la verdad en la Cataluña revolucionaria. Pero al fin, como Barcelona no era el Moscú de Stalin, se vieron obligados a atacar al POUM en términos políticos repugnantes.

La reacción de los militantes del POUM fue inmediata. En  Barcelona aparecieron carteles en los muros preguntando “¿Donde está  Nin?”.  Los dirigentes del POUM que no habían sido detenidos (Jordi Arquer, Gironella, Molins i Fábrega, Solano) se reunieron  y eligieron  un nuevo Comité Ejecutivo, organizaron una campaña nacional e internacional en defensa de Nin y de los demás compañeros detenidos, visitaron a Companys, que llamó  en seguida a Azaña y a Negrín y envió a Miravitlles a Valencia, tuvieron reuniones con los dirigentes de la CNT y del Partido Socialista, se pusieron en relación con Víctor Serge, que en París organizó una campaña internacional  con el concurso de André Bretón , André Gide y las fuerzas de izquierda de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos. Tres comisiones internacionales vinieron a España para hacer encuestas sobre el ataque contra el POUM, Arquer  salió para Valencia con Olga Nin y María Teresa Andrade para interrogar y protestar ante Negrín y sus ministros. Pero los archivos de la GPU en Moscú nos han revelado lo que temíamos. Ahora sabemos quienes y cómo torturaron y asesinaron a Nin en Alcalá de Henares para arrancar, como en Moscú”, una “confesión” que permitiera justificar la represión contra el POUM. Nos lo ha contado el propio hijo de Antonov Ovseenko.

El crimen cometido con Andreu Nin no tiene nombre. Y lo terrible es que se produjo en los días en que el comandante Amadeo Cahué, militante de la Juventud del POUM, moría al frente de la brigada que mandaba en  el frente de Huesca y cuando los militantes del POUM del batallón que mandaba nuestra Mika Etchebehere en la división de Cipriano Mera  luchaban y morían en las trincheras de la Moncloa defendiendo  Madrid. En fin, ya es sabido que en ese tiempo, el gobierno Negrín disolvió la 29  División mandada por nuestro compañero Josep Rovira y que militantes del POUM fueron asesinados por los stalinistas envenenados por las campañas odiosas de la prensa del P.C. Uno de los casos más graves fue el asesinato de Juan Hervás, secretario general de la Escuela Nueva Unificada de Cataluña. El hecho fue denunciado oficialmente por la CNT y provocó el furor de  Lluis Companys y de numerosas organizaciones políticas y sindicales.

Desde Julio de 1937 hasta el fin de la guerra, el POUM, que algunos historiadores dan como poco menos que desaparecido, mantuvo la organización en todas partes. E incluso la desarrolló ya que muchos jóvenes, chicos y chicas, vinieron a la Juventud Comunista Ibérica para compensar la ausencia de los que luchaban en los frentes y fueron muy eficaces en la difusión de nuestra prensa clandestina, ”La Batalla y “Juventud Obrera”, algunos folletos y el excelente libro sobre “El proceso contra el  POUM”. Lo más curioso es que los Carrillo y compañía protestaban porque la policía no nos detenía ni acababa con nuestras publicaciones. O atacaban furiosamente a ciertos diarios de la CNT, como “Castilla Libre” de  Madrid,  y los trataban de agentes del POUM. La lucha contra el POUM rompió el frente de lucha antifranquista y creó el descontento y un malestar enorme en los medios más diversos  y en el campo  internacional. Para agravar las cosas, Orlov pasó al ataque contra los intelectuales extranjeros que estaban en España y sus esbirros asesinaron  a personalidades como Kurt Landau. ex-dirigente del Partido Comunista de Austria, al escritor anarquista italiano Camillo Berneri y a su colaborador Francisco Barbieri, a Alfredo Martínez, secretario general de las Juventudes Libertarias de Cataluña, al periodista Marc Rein (hijo de un dirigente de la Internacional Socialista), al  militante trotskista Edwin Wolf o, entre los primeros, al escritor José  Robles, traductor de Dos Passos. El malestar llegó hasta las Brigadas Internacionales y determinó que ciertos combatientes abandonaran la lucha. Los ingleses dirigidos por Bob Edwards  que luchaban  en la División de  Rovira reclamaron su repatriación. El POUM tuvo una actitud clarísima. Para sus militantes, no había que vacilar. Había que continuar la lucha militar contra Franco y era necesario defender las conquistas del período revolucionario criticando y denunciando la política del stalinismo. El POUM logró que sus militantes  fueran absolutamente fieles a estos principios, gracias  a la ayuda que nos prestaron los jefes de  las Divisiones militares anarquistas y socialistas y ciertos dirigentes del Partido Socialista y de la CNT, como Largo Caballero y Luis Araquistain, Joan Peiró y Federica Montseny.

En plena guerra, tras una serie de fracasos militares graves derivados de la  estrategia rusa, Stalin pedía “un proceso de Moscú en Barcelona” e hizo una fuerte presión que venció la resistencia de sus subordinadas en España. Y ese proceso, que no gustaba a Negrín ni a nadie, se montó en Barcelona en Octubre de 1938. Pese a que el POUM atravesaba un período difícil  (la policía stalinista había detenido al segundo Comité Ejecutivo del POUM y Arquer, Rodes, Solano, Farré Gassó y otros compañeros habían sido  concentrados en la  Prisión del Estado en Barcelona (con Andrade, Gorkin, Gironella y demás). Todos estábamos dispuestos a reñir un combate político que tuviera una gran resonancia. Y así fue. En el proceso de Octubre, los acusados se defendieron con inteligencia y con coraje y rebatieron todas las acusaciones stalinistas y el tribunal hizo un elogio de sus vidas de revolucionarios y se batió en retirada sancionando simplemente su conducta en las Jornadas de Mayo de 1937. Largo Caballero, Federica Montseny y Tarradellas rebatieron todas las acusaciones y el propio proceso. No hubo “el proceso de Moscú” que pedía Stalin  y la sentencia fue prohibida por la censura y sirvió para deshacer todo un tinglado GPU que fue muy bien desenmascarado en el libro “El proceso contra el POUM”, obra que ha sido muy útil para todos los historiadores de la guerra civil.

No quiero entrar ahora en el papel del POUM durante el franquismo y su intensa acción   en  las luchas que  se desarrollaron en Cataluña y en España. Ni tampoco hacer un balance de las múltiples actividades del POUM en el exilio, tanto en Francia como en Méjico. En esos tiempos también tuvimos problemas con Stalin y el stalinismo. Incluso en las prisiones francesas y sobre todo en el presidio de Eysses, donde trataron de hacernos la vida imposible, pese a que un tribunal francés al servicio de la Gestapo condenó  a largos años de prisión por “actividad comunista” a un grupo importante de militantes del POUM, Por lo demás, vale  la pena recordar que en el `periodo de la Resistencia contra el fascismo en el sur de Francia, los stalinistas españoles se  inventaron una Unión Nacional y una Junta Suprema ante la que  teníamos que rendirnos todos y trataron de evitar por la violencia el renacimiento del movimiento obrero español y la creación de grupos militares que escaparan a su poder. Pero no pudieron evitar que aparecieran  el Partido Socialista, la CNT y el POUM y que surgieran guerrillas como el Batallón Libertad y la Brigada Vasca y que muchos españoles se incorporaran a las guerrillas francesas.

Pero dicho esto, vale la pena recordar que en  la intensa vida política del POUM en el largo e interminable exilio francés mantuvimos relaciones importantes con todos los partido españoles en el marco de la Alianza de Fuerzas Democráticas,  participamos en numerosas actividades con el movimiento obrero francés e internacional y aseguramos con “La Batalla”,  “Tribuna Socialista” y diversos libros y folletos una prensa que penetró en España y que abrió nuevos horizontes en las nuevas generaciones  que se afirmaban en nuestra península. Nuestro único  obstáculo fue el stalinismo,  pero poco  a poco las cosas comenzaron a cambiar porque el eco del Gulag y las informaciones sobre el régimen totalitario ruso tenían serias repercusiones en toda Europa.  Fue entonces cuando muchos intelectuales y estudiantes se dirigieron a nosotros para conversar sobre la experiencia de la Revolución Española y el papel del POUM. Y fue entonces cuando nosotros nos dimos cuenta de que había que acelerar  la larga marcha por el honor revolucionario del POUM frente a la calumnia stalinista.  Poco después, la rebelión de Tito y los acontecimientos de Hungría y de Checoslovaquia abrieron nuevos horizontes. Pero el momento cumbre fue el XX Congreso del Partido Comunista ruso y el discurso de Jruschov el 25 de Febrero de 1956 sobre “Los crímenes de Stalin”, escondido por el PC español y publicado por el POUM en las ediciones de “La Batalla”. A partir de ese momento pensamos que había que intensificar la lucha por la verdad en la URSS y plantear la cuestión de Andreu Nin.

En los años siguientes, todo fue diferente para nosotros. Nuestras ideas y nuestras tareas se desarrollaron en otro terreno, Hubo que discutir con viejos y jóvenes. Y comenzaron las llamadas de comunistas y simpatizantes, las proposiciones para conferencias y debates, las evocaciones de la guerra civil  y del proceso revolucionario español de  una manera diferente. Y aparecieron los dirigentes comunistas españoles con muchas excusas en sus manos y muchos problemas en sus cabezas. Fue posible hablar y discutir con Semprún, con Claudín, con Azcárate y con ciertos dirigentes del PSUC. Surgieron proposiciones para hacer films con la participación de compañeros del POUM, una alcaldía comunista de París pedía fotos de Nin y del POUM para una exposición sobre la guerra civil española, en la presentación de el film “La experiencia por memoria” en Montreuil, fortaleza del P.C. francés, se abría una larga discusión sobre el POUM. Todo parecía diferente y posible.

Desgraciadamente, el POUM tenía sus problemas internos y una tendencia  de viejos militantes preconizaba la incorporación al Partido Socialista de Cataluña en un momento en que el partido mantenía  estrechas relaciones con diversos grupos  de  jóvenes que se reclamaban del socialismo revolucionario y querían fundirse con él. Esta diferencia creó problemas, pero no  impidió que el POUM apareciera en Barcelona y fuera legalizado el 17 de Septiembre de 1977, con “La Batalla” como semanario y un equipo dirigente joven y entusiasta. Pero el hecho es que el partido fue reconocido por todo el mundo y desarrolló  una intensa actividad.  Esta etapa no impidió que la larga marcha por la verdad sobre Nin se prosiguiera en excelentes condiciones.

El 1989 se creó en Madrid  y en Barcelona la Fundación Andreu Nin con el objetivo de rendir homenaje a nuestro inolvidable compañero y de exigir al gobierno ruso presidido por Gorbachov que se aclarara donde y en  que condiciones murió Nin, dirigente  del POUM. Poco antes, el Parlament de Cataluña había rendido homenaje a Nin en una sesión especial. Hacía unos días que los animadores de la Fundación habían recogido centenares de firmas de intelectuales  y militantes conocidos para avalar un documento pidiendo al gobierno ruso que aclarara el caso de Nin. Lo curioso es que el embajador ruso, Igor  Ivanov (más tarde jefe del gobierno con Putin)  propuso que una delegación  llevara el documento a la Embajada. Así las cosas, el 27 de junio de 1990 varios   militantes del POUM  entramos en la Embajada soviética y entregamos el documento. Los diplomáticos rusos nos recibieron muy amablemente y nos preguntaron por las hijas de Nin. Nos declararon que el documento sería entregado a Gorbachov y nos dieron  un folleto en castellano titulado “Nombres rehabilitados”. Esos nombres eran los de Bujarin, Zinoviev, Kamenev, Rikov, Sokolnikov y Riutin, fusilados por Stalin. Salimos de la Embajada convencidos de que entrábamos en una nueva época. Aunque entonces no podíamos suponer que la URSS iba a desmoronarse en condiciones  tan  increíbles, como castigo absoluto del totalitarismo stalinista.

En los últimos años se han hecho muchas cosas sobre el POUM y su Historia. Entre las más importantes figuran  el film de Dolors Genovés y Llibert Ferri “Operación Nikolai”,  realizado por la Televisión catalana y con una versión francesa excelente que ha circulado por  varios países, y “Tierra  Libertad” de Ken Loach, que ha recorrido el mundo y ha tenido  tanto éxito en Francia e Inglaterra como en el Japón y en Bolivia. A  esta importante labor hay que añadir la difusión internacional constante de  la obra “Homenaje a Cataluña” del escritor inglés George Orwell, y las series cinematográficas sobre la Revolución y la guerra Civil  (”Zona Roja”) de TV3 dirigida por Felip  Solé y “Guerra Civil en Cataluña”, patrocinada por la Diputación de Barcelona.

El recurso histórico tiene una gran importancia para navegar en el presente y en el futuro. Por eso mismo no podemos ignorar los dramas de nuestro tiempo. El principal es la crisis mundial del capitalismo, que ha cambiado muchas cosas en poco tiempo. Los que decían que el socialismo había pasado a la historia o no tenía porvenir muestran ahora sus dudas. El movimiento obrero y las fuerzas que se reclaman del socialismo tienen la obligación de explicar el desastre actual y de abrir nuevas perspectivas de lucha y de liberación.

La Fundación Andreu Nin es el organismo más importante sobre el POUM y su historia que existe actualmente. En su Boletín mensual y en sus archivos hay decenas  de documentos de gran valor sobre los avatares de este partido que se reveló al mundo durante la Revolución y la guerra civil españolas y que Stalin trató de destruir porque estorbaba para sus planes totalitarios. Stalin y el stalinismo son el pasado. El porvenir pertenece a los que luchan  contra el capitalismo y por una sociedad  socialista libre y democrática, sin explotadores ni explotados.

Sobre el autor: Solano, Wilebaldo

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