María Teresa Carbonell Cornejo: República, revolución y exilio (Enrique del Olmo, 2025)

Publicado originalmente en Público.

El pasado domingo 13 de abril, un día ante del aniversario de la proclamación de la II República, unos días que ella recordaba como de los más gozosos y alegres de su vida, fallecía en Toulon (Francia) a los 99 años de edad María Teresa Carbonell Cornejo.

Su recuerdo, su sonrisa, su inteligencia y su vitalidad ha quedado grabada en el corazón de todos los que tuvimos la suerte de compartir momentos con ella. Su vida es la vida de tantos hombres y mujeres que transitaron los avatares de nuestro país desde la década de los 20 del siglo pasado, hasta el tiempo actual.

María Teresa era hija de una pareja de militantes del BOC (Bloque Obrero y Campesino) primero y del POUM después. El padre, Joaquín ingeniero de la fábrica Sangrá, y la madre, modista de profesión y maestra por vocación, educaron a sus hijos en la libertad y en el pensamiento libre. Nació en Poblenou, y la casa familiar sirvió para generar una biblioteca para obreros y un marco para la alfabetización de estos, pero a la vez fue el refugio de los militantes poumistas, cuando empezó la persecución de estos por parte del estalinismo internacional y su sucursal en Cataluña, el PSUC. Dicha persecución tuvo su punto mas negro en el asesinato de Andreu Nin, secretario político del POUM y Conseller de Justicia de la Generalitat. El POUM fue ilegalizado y sus militantes o fueron detenidos o se refugiaron en el frente bajo el manto protector de miembros de la CNT o socialistas largocaballeristas. Otros, pasaron a la clandestinidad y buscaron refugio en casas mas segura como la de los Carbonell, y entre ellos, estuvo el joven y brillante Wilebaldo Solano, secretario de las JCI (Juventud Comunista Ibérica) y Roc. Wile, como siempre se le acabó denominando, estuvo varios meses conviviendo con la familia y de ahí, a María Teresa, como ella misma relató, se le generó una admiración por el héroe juvenil, que 15 años después, en el París del exilio y de los estudios de letras de Teresa, iba a cristalizar en una unión para toda la vida hasta el fallecimiento de Solano el 17 de septiembre de 2010.

Desde su creación en 1987, María Teresa fue parte activa de la Fundación Andreu Nin formando parte de su Patronato, a la vez que presidía la Fundació Andreu Nin de Catalunya, donde recibió el calor y el apoyo de muchos compañeros a raíz de la marcha de Wile.

Hay muchos momentos de Teresa que merece la pena recordar. Recién fundada la FAN, nos encontramos en las cercanías de la Embajada de la URSS (en los comienzos de la perestroika y la glasnot) para entregar una demanda firmada por cientos de personas pidiendo la apertura de los archivos secretos de la KGB y del estado soviético para testificar lo que el POUM desde aquellos días de 1937 ya había desvelado, la implicación del Estado soviético y de Stalin en el asesinato de Nin. Aquel día fue de los últimos donde nos juntamos con veteranos militantes del POUM como Emma Roca, Quique Rodríguez Arroyo, Wilebaldo, Eugenio Fernández Granell, Alberto Aranda, María Teresa y donde Granell con la ironía que le caracterizaba nos dijo “estar atentos porque no sé si nos dejaran salir” y luego comentamos entre risas y cervezas el desconcierto del funcionario de turno que ya no sabia donde estaba el poder en aquel estado en camino de su extinción.

Un segundo momento en dos actos que vivimos con Maria Teresa, fue el reconocimiento que se hizo en el Parlamento español a Wilebaldo Solano, a iniciativa e impulso de Gaspar Llamazares y Maria Teresa Cunillera. Donde el dirigente del POUM hizo un recorrido exhaustivo sobre la lucha socialista y republicana y donde nos comentó, que el entonces secretario general del PSOE en el exilio, Rodolfo Llopis, siempre le dijo: “cuando tengamos un parlamento elegido democráticamente, deseo que Solano sea diputado”. Teresa vivió con emoción aquellos momentos, luego ratificado en un encuentro en una tasca madrileña donde se les entregó una cerámica conmemorativa. El segundo gran reconocimiento fue logrado por los compañeros de la Fundació de Catalunya, junio de 2013 cuando se logró el homenaje de toda la izquierda y las instituciones catalanas a Andreu Nin, en el aniversario de su secuestro y asesinato, Solano ya no estaba, pero María Teresa y algunos sobrevivientes más, como Moratalla reflejaban el orgullo de toda una generación revolucionaria.

Un tercer momento imborrable fue en septiembre de 2011 en las Jornadas Estatales de la FAN organizadas por la Fundació al poco tiempo del fallecimiento de Wille. María Teresa que siempre estaba en un discreto segundo plano, pero imprescindible para la ingente labor que desarrollaban, se desplegó como una magnifica y empática oradora al hablar sobre las mujeres del POUM junto a Cindy Cognard e Isabella Lorusso. Recogía, en cierta forma, el testigo de su madre, colaboradora del Secretariado Femenino del POUM, junto a Pilar Santiago, María Teresa García Banus, Olivia Castellvi, Teresa Rebull,… y puso en valor el enorme trabajo de la revista Emancipación para que la mujer se incorporase a la lucha política y a la vez abordarse la lucha por sus propios derechos. De Teresa aprendimos mucho de este trabajo y siempre que había ocasión nos ilustraba con su conocimiento. Siempre fue un honor contar con ella en cualquier acto e iniciativa.

Y dentro de estos recuerdos, como no, rememorar su paso por tierras asturianas. En mayo de 2013, María Teresa estuvo en la cuenca para inaugurar junto al inolvidable alcalde de Mieres, Anibal Vázquez, el hijo de Manolé, Germinal Grossi y los compañeros de la Fundación de Asturias, la estela en homenaje a Manuel Grossi “Manolé” y a todos los obreros combatientes en la revolución de octubre de 1934. Además del recuerdo, Teresa pidió que la instruyesen en el arte de la espicha en una sidrería de Langreo; así era de vital, humilde, siempre queriendo conocer nuevas cosas y siempre con una visión positiva del futuro, aunque por momentos pudiesen parecer muy oscuros. Una vitalidad y una esperanza que la permitió transitar desde la república, la guerra civil, la persecución estalinista, la segunda guerra mundial y hasta el momento actual, siempre con el inmenso deseo de seguir construyendo, desde todas partes, un futuro socialista para la humanidad.

Sobre el autor: Del Olmo, Enrique

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