In memoriam. Manel Alberich i Olivé (Pepe Gutiérrez-Álvarez)

Tuve ocasión de conocer hace muchos años a Manel Alberich allá por 1977, cuando era un militante reconocido en las filas del PSC de L´Hospitalet, y me lo presentó mi primera amistad poumista, Joan Rocabert (1916-1997) con el que había tratado en la animada casita de Francecs Pedra, y el mismo que años más tarde sería reclutado por Ken Loach como asesor militar en el frente de Aragón donde llegó a ser oficial del estado Mayor de la 29ª División.

Joan y Manel formaban parte del grupo que se acababa de integrar en el PSC, y el primero se había empeñado en juntarnos para hablar del POUM.  El saludo fue cordial, pero el momento me resultó extraño porque estaban en medio de una reunión con fines electorales, y él aparecía especialmente empeñado en remachar que había que actuar antes de que los comunistas avanzaran…Tuvo tiempo para observar mi mirada desencantada, y le dije, ¿Pero los del POUM no erais comunistas?. Por toda contestación se encogió de hombros, como diciendo “no me vengas ahora con esas”, y me pidió excusas para seguir la reunión.

Ulteriormente seguimos coincidiendo muy puntualmente, Manel me tenía al corriente de las publicaciones del “lobby” expoumista  desde que publiqué la reseña de una de ellas en Historia y Vida, y la última vez con ocasión del sepelio de Víctor Alba en Sant Pere de Ribes, en el curso del cual Manel ofreció un adiós emocionado, especialmente cuando recalcó que cada vez eran menos. Su historia era parte  una intensa comunidad militante desde que ingresó en el BOC desde febrero de 1933, siendo un muchacho ya era dirigente del Sindicato Mercantil de Barcelona, una vocación que le provenía directamente de su abuelo, todo un personaje llamado nada menos que Ácrata Guiral, todo un veterano anarquista de los tiempos de Ferrer i Guardia que mantuvo la fidelidad a su causa hasta el final. Alberich se hará eco de este sentimiento colectivo en el acto de presentación de L´ aventura del militant (1), obra en la que cuenta algunas de sus “batallas”, declarando: “Nos unen la injusticia y la calumnia. Fuimos perseguidos y difamados antes y después de la guerra civil. Nos acusaban de ser agentes de Franco”.

Como sindicalista tomó parte activa en la primera huelga general mercantil que tuvo lugar en la capital catalana en noviembre de 1933, y sobresalió así mismo como  miembro entusiasta de aquella Alianza Obrera que pudo ser la palanca capaz “de cambiar el mundo de base” y en nombre de la cual actuó como piquete durante la huelga general de la jornada del 6 de octubre del 34 y después de la rendición de la Generalitat, fue uno de los componentes de la columna militar que marchó hacia la Arrabassada, para alcanzar Sant Cugat, que era uno de los viveros del Bloc, donde después de enfrentarse con la guardia civil se disolvió.  Poumista desde el primer día, en enero del 36 fue candidato a secretario general del CADCI, en una candidatura que presidía Jaume Cardús (ERC). La guerra le lleva  como intendente general de la caserna Lenin de Barcelona, cargo que ocupará hasta los hechos de Mayo del 37, sufriendo entonces la persecución estalinista que sin duda tenía en mente cuando evocaba a “los comunistas”, y a los que temía dar la espalda porque no sabía si le podían disparar. Una vez en el frente, fue destinado a la 153 Brigada mixta del Ejército del este donde será nombrado cabo de intendencia de una de las  compañías. Exiliado a Francia en 1939, fue internado en el campo de concentración de Argelers (“Arena, agua y el frío de aquel mes de febrero son los tres recuerdos del mes que pasó internado”) y regresa clandestinamente a Barcelona en enero de 1941.

Su peso dentro del POUM crecerá en este tiempo de libertad o muerte, durante los cuales fue secretario político del comité local de Barcelona en 1943 para  formar parte del CE hasta el año 1947. Alberich aparecerá como un organizador nato en esta etapa sobre la cual ha ofrecido una pormenorizada cronología que rememora al detallar minuciosamente. En estas notas encuentro un detalle especialmente digno de  retener: a pesar de la trágica situación, los poumistas aparecen sumamente preocupados por facilitar los derechos democráticos a las tendencias que discrepan. Contrario a la ruptura auspiciada por el sector que creará el MSC,  fue encargado de viajar a Francia con  el objetivo de entrevistarse con el líder de los discrepantes Josep Rovira con la intención de evitar la ruptura del partido en el interior.

Detenido en 1946, nuevamente en 1948, y en mayo de 1952, será torturado. Durante esta época se hará llamar Albert Martorell (2), con el que llevó a cabo viajes por Castilla y Asturias en tareas de reconstrucción. La última significará de hecho el punto final de la tentativa de reorganización poumista. No obstante, Manel será detenido todavía una vez más en 1964 por el simple hecho de que la policía atribuía la muerte de uno de los suyos a un “grupo trotskista”, y Manel fue lo que estos tenían a la mano más parecido. Tal como digo al principio, no ingresó en las filas socialistas hasta 1977, en unas fechas en la que estos se vestían con los tajes de una tradición socialista que tuvieron el acierto de utilizar (nunca mejor dicho), y que lucían en sus actos con retratos de Narcís Monturiol, Pi i Margall, Francecs Layret, Andreu Nin, Joaquín Maurín, e incluso Joan Comorera ya que los amigos de éste reingresaron en la socialdemocracia de la que provenían.

A los “comoreristas” luego ya no se les oyó más, sin embargo, los poumistas de estirpe como Manel nunca dejaron de hablar orgullosamente del POUM. En un reciente “30 Minuts” de TV3 sobre el POUM, un Alberich rejuvenecido hablaba con entusiasmo del POUM y de la revolución, y lamentaba que el estalinismo hubiera ensuciado incluso una palabra tan noble y hermosa como “camarada”.

Notas

—(1)   Laertes, Barcelona, 1994, presentados por Ignacio Iglesias y Víctor Alba, con aportaciones –entre otras- de Antonia Adroher,  Fernández Jurado, Enric Panadés, Emma Roca, Carmel Rosa, Pere Vigués, etc.
—(2) Alberich contó sus diversas peripecias carcelarias a J. M. Martin Ramos y Gabriel Pernau, para el libro Les veus de la presó. Històrias viscudes por 36 lluitadors antifranquistes (Edhasa-la campana, Barcelona, 2003). Otros poumistas entrevistados son Salvador Clop y José Mª Moratalla Martínez.

Sobre el autor: Gutiérrez-Álvarez, Pepe

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