Entrevista a Juan Carlos Arce (diario La Verdad)

«Nin murió por intentar decir que en la izquierda era posible decir libertad»

Entrevista a Juan Carlos Arce

Por Ana Martínez  Artículo publicado originalment en el periódico La Verdad

Todos estuvieron implicados: quienes ejecutaron las órdenes, la policía, los dirigentes de los partidos, algunos ministros del gobierno Negrín, e incluso el propio Negrín. Todos estuvieron implicados en el secuestro, tortura y asesinato del líder revolucionario Andreu Nin, y en el calculado hundimiento del Partido Obrero de Unificación Marxista, fundado el 29 de septiembre de 1935 en Barcelona. Setenta y tres años después, el escritor albacetense Juan Carlos Arce novela, en una nueva propuesta literaria, el asesinato de Andreu Nin. La noche desnuda será presentada esta tarde, en la Librería Popular, dentro de una nueva cita organizada por el Aula de Cultura de La Verdad.

-Novela de ficción o relato histórico.

-La noche desnuda es una novela y no un libro de historia; es un relato donde hay un ejercicio de imaginación, ficción y hechos reales.

-La novela está basada en el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y se centra en el asesinato de su fundador Andreu Nin. ¿Cómo llega hasta este
personaje para novelarlo?

-A mí me interesaba la figura de Andreu Nin porque revela una contradicción muy interesante: a Andreu Nin lo mataron los comunistas por la voluntad de Stalin y él era comunista, por lo tanto me parece una contracción suprimir una figura como la de Nin en plena guerra civil. Parece que los partidos de izquierdas se dedicaron a eliminarse unos a otros en lugar de luchar contra el enemigo común que era el fascismo. Los hechos también revelan que hubo una segunda guerra civil en la retaguardia, es decir, en la zona republicana, una guerra sobrepuesta a la guerra civil donde disidir se pagaba con la muerte. Me pareció muy interesante, porque la muerte de Nin en realidad produce una quiebra ideológica en la República. A partir de ese momento, las personas empiezan a desconfiar de las ideas, de las personas y de la lucha misma, porque empiezan a darse cuenta de que, delante estaban los fascistas, pero detrás también había asesinos capaces de suprimirte por
pensar de otra manera.

-¿Quiere decir que en la propia izquierda había muchas fisuras?

-El Partido Comunista era el intérprete de la voluntad de Stalin, quien no es un campeón de los Derechos Humanos y, por tanto, había comunistas, hombres de izquierdas, que estaban en oposición a los dictados de Stalin. Eso significaba que en la propia izquierda había una brecha entre quienes se consideraban una izquierda democrática y libre, y quienes pertenecían a la izquierda del Partido Comunista, basada en la voluntad del monstruo de Stalin.

-¿Y por qué centra su última novela exactamente en el asesinato de Andreu Nin?

-Me interesó porque Nin era un revolucionario, probablemente el más preparado de los que ha habido, no sólo en la época, sino también después. Hablaba y escribía en seis idiomas, era traductor, llegó a ser conseller de Justicia de la Generalitat , todo eso sin un duro. A mí me parece que fue una figura fascinante que murió con 45 años por intentar decir que también en la izquierda era posible decir libertad.

-En la portada del libro que presenta hoy se lee textualmente «La novela que descubre toda la verdad sobre la voladura del POUM y el asesinato de su dirigente, Andreu Nin». ¿La historia ha tratado de ignorar o tergiversar lo que ocurrió con este partido marxista?

-Claro, después de la muerte de Nin había que suprimir a todos los demás, empezando por el comité ejecutivo del POUM. Se declaró ilegal el partido y para hacer eso se montó un proceso judicial con apariencia de justicia, pero que en realidad era una comedia, para imputar al POUM todos los males del mundo, incluidos que eran espías de Franco, a sueldo de Hitler, que eran fascistas y, por tanto, espías infiltrados. Al declararse ilegal el partido fueron juzgados por espionaje, lo que revela que el sistema en los asesinatos de Stalin siempre era el mismo: primero hay un desprestigio social lleno de calumnias, de imputaciones, de mentiras , después se va a la eliminación física y después se cubre todo con olvido para que ni siquiera parezca que han vivido. Esta es la historia, porque efectivamente el POUM no
levantó cabeza desde entonces, sus pocos militantes que quedaban después de la guerra estuvieron en el exilio y no pudieron recomponer el partido. Fue por tanto una voladura calculada.

-¿Con esta novela cree que se le hace justicia a Andreu Nin?

-No, yo lo único que he escrito es una novela para que la gente se entretenga y tenga un fondo histórico, pero yo no pretendo hacer justicia con nada ni con nadie.

-¿Ha recibido alguna crítica desde Cataluña teniendo en cuenta que Nin era de esta comunidad autónoma y ahora se lo disputan socialistas y nacionalistas?

-Este personaje importa mucho en Cataluña porque nació allí, porque los hechos ocurrieron allí y es cierto que es menos conocido fuera de Cataluña. No he recibido críticas, sino alguna que otra felicitación por la elección del tema, que parece ser que ha interesado.

-¿Es usted rata de archivos históricos y bibliotecas a la hora de documentar la novela?

-Bueno, deliberadamente nunca utilizo demasiada documentación, sólo la necesaria para plantear la época, porque si miro mucha documentación entonces empiezo a tener un montón de datos, y los datos tienen un peso y el peso acaba con la imaginación. Para mí es bueno tener zonas de sombra e, incluso, aprender cosas de la época y olvidarlas para tener capacidad de escribir una novela, sino acabas haciendo una crónica o un libro histórico.

-¿Le acompaña la inspiración?

-Escribir es oficio, dedicación, voluntad y técnica.

-Ya, pero siempre hay un pequeño germen como inicio de la historia que se quiere desarrollar.

-Cuando escribo es porque me gusta escribir, porque quiero explicarme el mundo, porque me apetece, porque es una de mis aficiones, pero olvide la idea de que quiera hacer justicia o decir cosas importantes. Un día me dijeron «es que tú dices cosas importantes en los libros». Pues nada más lejos de esto, las cosas importantes las dice el Papa, los banqueros, los ministros , pero yo no hago nada importante, sólo escribo literatura para ir andando.

-Y lo hace pensando en el lector o en sí mismo.

-Yo siempre escribo pensando en el lector, lo que quiero es que se lo pase bien, por eso hago novelas muy amenas.

-Usted es abogado de profesión, ¿le es fácil compatibilizar pleitos con escritura?

-Para mí ser escritor es un oficio más. Soy un trovador de muchos balcones, hay actividades que son complementarias y las compatibilizo muy bien, porque si yo tuviera que vivir de lo que escribo tendría que escribir lo que se  vende, lo que está de moda, ver por dónde gira la rosa de los vientos de los intereses de los lectores, de modo que teniendo una profesión que me da de comer, puedo ser independiente como artista que es una cosa que me parece más interesante.

-Usted es de los que opina que a las editoriales sólo les interesa las modas literarias.

-El mundo de las editoriales me pilla de lejos porque sólo trato con ellas para vender la novela, pero es cierto que se edita mucho más de lo que se puede leer, hay una inflación editorial enorme, sacan libros que duran cuatro días, tiradas pequeñas Antes cuando un escritor escribía un libro tenía mucho cuidado de lo que opinara el público y lo que dijera la crítica; ahora cuando un escrito publica un libro el que tiene que tener mucho cuidado es el lector.