Artículo publicado el 17 de diciembre de 2004 en Berriak (en euskera) y el 19 de diciembre de 2004 en Gara (en castellano) con motivo de un nuevo aniversario del fusilamiento de José Luis Arenillas,
El 18 de diciembre [de 2004] se cumple el 67 aniversario del fusilamiento de José Luis Arenillas Ojinaga, fundador -junto a su hermano José Mari- del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) en Euskal Herria. Nacido en 1904, trabajó como médico municipal en una cofradía de pescadores en su Bilbao natal hasta el comienzo de la guerra.
Militante de la Izquierda Comunista desde 1932, muy pronto destacó por sus dotes de teórico, con una agudeza poco común, como puso de relieve en sus colaboraciones en la revista Comunismo. Al constituirse el POUM, en septiembre de 1935, José Luis pasó a formar parte del Comité Central. Junto a su hermano, se dio a la tarea de analizar, desde una metodología marxista, el fenómeno nacional vasco en El problema nacional de Euzkadi (1936) cuando frente a él se hallaba un abrumador desierto teórico. (…) No dudará en reclamar “el apoyo resuelto a los movimientos nacionales”, apoyo que descansa “en una necesidad histórica evidente, que requiere plena satisfacción, como es, en el caso que nos ocupa, la existencia de una Euskadi-nación”. Hasta aquí, la introducción de Pelai Pagés a los textos de los hermanos Arenillas, publicados por Fontamara en 1981.
Ante el levantamiento fascista, José Luis Arenillas marchó al frente de guerra el 19 de julio de 1936, participó en la organización de la primera columna de milicianos que salió de Bilbao para enfrentarse a los militares sublevados, que habían vencido en Álava y en Navarra y amenazaban peligrosamente Guipúzcoa. Como médico voluntario, estuvo hasta el mes de octubre en los hospitales de Ochandiano, Ubidea y Urkiola. Una vez constituido el Gobierno Vasco en octubre de 1936, fue nombrado por el Lehendakari José Antonio Agirre, Inspector General de Sanidad del Cuerpo de Ejército vasco. Más tarde, ya detenido, interrogado sobre esta cuestión Arenillas contestará que “no podía manifestar a qué razones se debió esta designación a pesar de la rotunda oposición de ideología de ambos, ya que yo era militante del POUM, marxista revolucionario”.
Sus razones tendría el Lehendakari ya que unos días antes de caer Bilbao, el 16 de junio, le nombró Jefe de Sanidad del Ejército vasco.
Ese mismo día la policía controlada por la dirección del PCE detenía en Barcelona a Andreu Nin, dirigente del POUM y ex Consejero de Justicia y Derecho del Gobierno de la Generalitat de Cataluña. Al día siguiente se ilegalizaba el POUM, se clausuraban sus sedes y sus dirigentes y muchos militantes eran detenidos. Todo ello con el argumento de que el POUM no era más que una banda de fascistas camuflados a sueldo de Franco, la misma tesis oficial soviética que justificó las purgas de los años 30 en Rusia; mentiras creadas desde la burocracia estalinista por las diferencias políticas que tenían con el POUM. Éstos al igual que los anarquistas y el sector socialista de Largo Caballero defendían, acertada o equivocadamente, que la guerra y la revolución eran inseparables, que la única alternativa al fascismo era el Poder Obrero, y que si los trabajadores no controlaban las fuerzas armadas, las fuerzas armadas controlarían a los trabajadores. Mientras que el PCE (que contaba con el apoyo de la Rusia Soviética) decía que lo único que importaba era ganar la guerra, y todo aquel que tratara de trasformar la guerra civil en revolución social estaba haciendo el juego a los fascistas y era un traidor.
Arenillas permaneció en Bilbao hasta el día 19 de junio, marchando al Hospital de Carranza primero y luego a Santander. Tras el Pacto de Santoña a finales de agosto de 1937 fue detenido cuando intentaba huir en un barco. El Ejército de Ocupación de Santander – como se hacían llamar los rebeldes franquistas – continuó en septiembre del año 1937 (II Año Triunfal, lo llamaban) con los juicios farsa que habían comenzado tras la caída de Bilbao, dado que hasta entonces no les había hecho falta esa pantomima de juicios para asesinar a miles de personas.
Estos juicios celebrados por la vía de Procedimiento Sumarísimo de Urgencia iban dirigidos fundamentalmente contra los oficiales del Ejército vasco detenidos tras el Pacto de Santoña. En esta población procesaron a José Luis y a otros 19 médicos que habían servido como oficiales en el Cuerpo de Sanidad del Ejército vasco.
El 5 de septiembre, un día después de la toma de declaración, fueron procesados según el Juez Instructor Pedro Montero Molinero, comandante de Artillería, “como autores de un delito de auxilio a la rebelión, sancionado en el bando Declarativo de Estado de Guerra”. No cabía mayor falsedad, pues eran los procesados quienes habían defendido la legalidad republicana.
Las únicas pruebas eran, además de su militancia política, haber atendido a heridos y enfermos en el bando republicano. El 6 de septiembre se celebró el juicio por el que, sin defensa alguna, José Luis –y otros siete compañeros- fueron condenados a pena de muerte “por rebelión militar siendo de apreciar la circunstancia agravante, la peligrosidad de los procesados y la trascendencia de los hechos realizados a los efectos”.
José Luis Arenillas al igual que José Luis Escubi Ellacuría, Angel Odriozola Sarriá, Amadeo Larramendi Larrañaga, y José Luis Goicoetxea Usandizaga, … habían manifestado en su declaración que desde los primeros días de la guerra habían prestado sus servicios voluntariamente.
El 16 de septiembre el auditor militar declaraba firme la sentencia. El 9 de octubre el Asesor del Jefe del Estado se daba por ENTERADO de la pena impuesta a José Luis Arenillas y conmutaba la pena de muerte impuesta por la de inferior grado a los otros siete condenados.
La ejecución de José Luis tuvo lugar la mañana del 18 de diciembre de 1937 en Bilbao. El médico forense del Juzgado de Instrucción nº 2 de esta capital, Clemente Serna Serna certificó que ”reconocido el cadáver de José Luis Arenillas Ojinaga, resulta que ha fallecido en la mañana de hoy a consecuencia de heridas de arma de fuego de pequeño calibre”.
Arenillas no pudo ver cómo en enero de 1938 el Consejo de Ministros del Gobierno Republicano abogó por cinco votos a favor y 2 en contra el de los militantes comunistas, por la liberación de los presos del POUM.
El ministro de Interior el socialista Julián Zugazagoitia (fusilado más tarde), el nacionalista vasco Manuel de Irujo ministro de Justicia, Prieto ministro de Defensa y Ortega y Gasset Fiscal General de la República se negaron a admitir que los dirigentes del POUM fueran culpables de espionaje. Irujo declaró que las acusaciones de espionaje lanzadas contra el POUM no se basaban en ningún hecho que podía tomarse en serio.
Vuestro y de la Causa Obrera era una fórmula de despedida al uso entre las izquierdas de aquellos años. Así, José Luis Arenillas dejó bien alta la dignidad obrera, lo mismo que su hermano José Mari, asesinado en Asturias en 1938. Al igual que la gran mayoría de militantes del PCE que continuaron peleando codo a codo, con poumistas y anarquistas entre las balas y el barro.
Hoy que está confirmado que Andreu Nin fue secuestrado por agentes soviéticos, torturado y muerto durante los interrogatorios y hecho desaparecer. La critica a los métodos por los cuales impuso el comunismo estalinista su hegemonía va unido a reivindicar la honestidad histórica del POUM.
Edición digital de la Fundación Andreu Nin, diciembre 2004