Intervención de Wilebaldo Solano el 16 de junio de 2007 en el Palacio de la Virreina en el homenaje a Andreu Nin organizado por la Fundació Andreu Nin.
El 16 de Junio de 1937 un comando policiaco creado por el general Orlov, jefe de la GPU rusa, pasó al asalto del Palacio de la Virreina de Barcelona con el objetivo de detener a los dirigentes del POUM. Desde los sucesos de Mayo, allí, se reunían todos los días Nin y sus camaradas para preservar su trabajo en condiciones de seguridad. Entre otras razones porque el gran escritor Víctor Serge, que residía en Bruselas y estaba bien informado, sabia que Stalin reclamaba la liquidación del POUM, partido que había tenido el valor de denunciar los crímenes contra la vieja guardia bolchevique en Moscú.
Como no había en Cataluña ningún policía para detener a Nin y sus compañeros, Orlov reclutó polizontes en Madrid para operar. El 16 de Junio, terminada la reunión del Comité ejecutivo, Nin, Gironella y yo salimos de la Virreina, Al parecer, Andreu Nin quería hacer algo en el local central del POUM de Barcelona y yo fui a la imprenta de Baños Nuevos donde salían nuestros periódicos. Los obreros me dijeron en seguida que la policía buscaba a Gorkín y a Solano y me llevaron al sótano, donde me disfrazaron de linotipista. Fue mi salvación. Pero Nin fue el primer detenido en el local del POUM de la Rambla. La detención de Juan Andrade, de Pere Bonet y de Julián Gorkín fue realizada por los policías de Orlov poco tiempo después en su asalto a la Virreina, donde ya funcionaba un Centro político literario internacional que había creado el POUM y al que habíamos designado Instituto Joaquín Maurín.
El asalto a la Virreina tuvo consecuencias terribles. Lo más grave fue el secuestro de Andreu Nin y su asesinato en Alcalá de Henares por un grupo de torturadores rusos y españoles desenmascarados en los Archivos de la GPU cuando se realizó el film “Operación Nikolai”. Nin. Juan Andrade, Julián Gorkín, Pere Bonet fueron trasladados a Madrid, donde recorrieron varias “checas” estalinistas durante unos días. Hasta que el eco de una campaña internacional en la que se destacaron André Gide y la Izquierda laborista determinó que el gobierno de Negrín los trasladara a la Cárcel de Valencia. Destaquemos que durante esos días varios militantes del POUM murieron en las trincheras de la Moncloa defendiendo Madrid en el batallón que mandaba nuestra Mika Etchebehere.
Algunos historiadores se han permitido el lujo de explicar que el POUM fue destruido. Pero se equivocan. En la misma tarde del 17 de Junio comenzó a funcionar un nuevo Comité Ejecutivo formado por militantes de valor como Jordi Arquer, Gironella Molins y Fábrega, Josep Rodes, Joan Farré Gassó y yo mismo y el equipo de nuestra Juventud Comunista Ibérica, lanzó en seguida una prensa clandestina con los semanarios “La Batalla” y “Juventud Obrera” y desarrolló una campaña internacional que desesperaba al Kremlin, como hemos podido comprobar en los archivos de Stalin. Falló el proceso que la GPU quería montar en Barcelona. Falló la campaña de calumnias y la represión. Y nadie pudo evitar que el POUM continuara su labor en los frentes de guerra, en los puestos de trabajo y en las prisiones con la bandera de la lucha contra el fascismo y por el socialismo revolucionario.
PD.- La falta de Lluís Companys. Unos días después de que se supiera el crimen cometido con Andreu Nin, Lluis Compays, presidente de la Generalitat, pidió que se le facilitara una entrevista con los dirigentes del POUM. Tarradellas se puso en relación con nosotros y Jordi Arquer y yo nos presentamos en el palacio y tuvimos una larga conversación. Companys estuvo muy amable con nosotros y nos prometió que trataría de que la represión no se agravara en Cataluña.Y al despedirse nos dijo:”Cometí un error al enviar a Miravitlles a Valencia. Tenía que haber ido yo mismo”. Jordi Arquer y yo salimos protegidos `por los “mossos” hasta el coche que nos esperaba. Unas horas después, la Radio declaró “el President de la Generalitat ha recibido hoy a una delegación del POUM.”
Edición digital de la Fundación Andreu Nin, junio 2007