Texto aparecido en la revista L´Opinió Socialista, diciembre de 1982. Walter Schwartz que pertenecía a la corriente comunista brandleriana aparece citado en las actas del proceso contra el POUM en varias ocasiones..
En la Marbella andaluza ha vivido estos últimos años el viejo luchador socialista alemán Schwartz, nuestro inolvidable “Walter” del frente de Huesca. Sintiéndose muy enfermo, este verano fue a su patria adoptiva, Estocolmo, donde su vida se ha extinguido.
De muy joven militó en las Juventudes Socialistas Alemanas. Influenciado por la actuación y la doctrina de Rosa Luxemburgo formó parte del grupo espartaquista dirigido por Brandler. Cuando los nazis tomaron el poder en Alemania, Walter vino a refugiarse a España estableciendo contactos con la organización más afín a la suya: el Bloc Obrer i Camperol. Joaquín Maurín tenía relación personal con Brandler. Desde entonces Walter fue uno de los nuestros, participó en la batalla de Barcelona los días 19 y 20 de julio de 1936 y tomó parte en numerosos combates en el Frente de Aragón. En uno de los primeros choques cayó fulminada de un balazo la compañera de Walter, Margarita Zimball “Puz”.
Cuando la represión estaliniana contra el POUM fue encarcelado hasta el final de la guerra civil en Catalunya, en que pasó a Francia. Por indicación de sus compañeros alemanes pasó a Noruega donde colaboró activamente con la resistencia noruega contra los invasores nazis. Después de muchos combates y peripecias pudo pasar a Suecia donde al cabo de unos años le fue concedida la nacionalidad sueca. Desde Suecia mantuvo siempre contacto con los viejos compañeros de las milicias obreras catalanas y cuando se organizó el Moviment Socialista de Catalunya obtuvo y envió algunas ayudas económicas recaudadas entre sindicalistas suecos y alemanes.
Recordamos a Walter Schwartz, nacido en Berlín en 1907, con el cariño y amistad al viejo y fiel camarada, luchador incansable por la causa del Socialismo. Junto a él queremos recordar al belga Georges Kopp y al inglés George Orwell formando equipo con el campesino leridano Josep Pané Argelio y con el carabinero republicano Gregorio Jorge, en las avanzadillas de Huesca. Al alemán Hans Reuter, comandante del “Batalló de Xoc Josep Rovira”, al lado de su joven comisario de Grácia, Rafael García Ibáñez, hijo de un viejo militante del PSOE de Tudela, Navarra. A los franceses Hippolyte y Mika Etchebéhére, él muerto en los primeros combates de Madrid y ella comandante de la columna motorizada del POUM en Madrid y Guadalajara. Al viejo topógrafo capitán italiano Alessandro Contini, combatiente en primera línea en la Brigada Vasco- Pirenaica. Al cubano Juan Alcañiz, en las más peligrosas acciones en Monte Aragón y Estrecho Quinto. Y al alemán Willy Brandt, corresponsal de guerra para periódicos escandinavos compañero y amigo de Walter. Y por último recordemos al joven inglés Bob Smillie, fraterno compañero de George Orwell, muerto trágicamente en las prisiones estalinistas de Valencia. Hombres y mujeres del Socialismo Internacional, llegados a España para luchar con las armas en la mano contra el fascismo y por la Revolución Socialista. Muchos de ellos dejaron la vida en las trincheras de la libertad y en las mazmorras estalinianas.
Otros, supervivientes y siempre fieles a sus ideales, continuaron el combate por el Socialismo en Libertad. En la memoria del viejo compañero Walter Schwartz saludamos a los luchadores de la Internacional Socialista que ofrecieron su vida en las trincheras de España, en estas trincheras españolas donde los trabajadores de Catalunya, de España y del mundo, escribieron una de las páginas más gloriosas del movimiento obrero internacional. Walter Schwartz vino a vivir a España, bajo el sol de España, en la Andalucía Socialista, en los albores del triunfo socialista, fruto de la lucha de millones de hombres de todo el mundo que, como nuestro Walter, soñaban en una vida justa, humana Y libre: la vida socialista, la vida del triunfo del trabajo.
Un hermano alemán nos ha dejado en la nórdica tierra de Sverige, lejos de Osca y de Marbella, pero muy cerca del corazón de sus viejos compañeros de combate