Mis memorias (Aquilino Moral)

Aquilino Moral es una figura muy importante del movimiento obrero asturiano, cuya historia a lo largo del siglo veinte está estrechamente unida a su vida. Aquilino fue un gran dirigente histórico de la CNT, a la cual perteneció hasta su muerte. También estuvo vinculado al Bloque Obrero y Campesino y al POUM, con el mantuvo una importante colaboración durante la dictadura franquista. Para la Fundación Andreu Nin es un gran honor poder publicar estas memorias como forma de rendirle un merecido homenaje.

El texto de Aquilino tiene la forma y la naturalidad propia de un obrero autodidacta. La actual edición digital mantiene la vivacidad expresiva del autor, habiendo efectuado las correcciones estilísticas que se han considerado imprescindibles para facilitar su lectura, sin afectar a su contenido y sin que se perdiera, en ningún momento, su tono original. Las modificaciones introducidas por el editor aparecen entre corchetes. También se han incluido algunos títulos adicionales respecto de fragmentos de las memorias.

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España y el anarquismo en Cuba (Carlos Estefania, 2000)

Artículo publicado originalmente en Iniciativa Socialista nº  59, invierno 2000-2001. Carlos M. Estefanía, disidente cubano residente en Suecia, es director de la revista electrónica Cuba Nuestra.

Los libertarios han luchado en Cuba contra toda suerte de regímenes despóticos, el de Batista no fue la excepción. Cientos de ácratas cubanos sufrieron persecución, tortura, muerte y exilio por su participación en acciones de protesta, incluso armadas, contra la dictadura. Entre los combatientes antibatistianos se encontraban numerosos anarquistas: Boris Luis Santa Coloma (muerto durante el ataque al Cuartel Moncada), Miguel Rivas (desaparecido), Aquiles Iglesias y Barbeito Álvarez (desterrados), así como Isidro Moscú, Roberto Bretau, Manuel Gerona, Rafael Cerra, Modesto Barbieta, María Pinar González, Dr. Pablo Madan, Plácido Méndez, Eulogio Reloba (y sus hijos), Abelardo Iglesias y Mario García (también con sus primogénitos). Todos ellos fueron encarcelados, y en casos torturados, incluso hasta la muerte, como ocurrió con Isidro Moscú. Los anarquistas estarían presentes en las guerrillas. En las de Oriente participarían Gilberto Liman y Luis Linsuaín. En las del Escanbray una de las principales figuras lo fue Plácido Méndez. La lucha urbana contó con el local de la Asociación Libertaria de La Habana como centro de reuniones conspirativas tanto para el 26 de julio como el Directorio Revolucionario.
La perspectiva libertaria sobre la naturaleza de la Revolución Cubana

A principios de los sesenta, la revista libertaria argentina «Reconstruir» publicó una serie de artículos extraordinariamente reveladores sobre la revolución cubana. Tales textos constituyen material de primera mano para interpretar, desde una perspectiva libertaria, el proceso socio-político que condujo al derrocamiento de Batista y comprender la esencia del nuevo régimen establecido. Se destacan los trabajos firmados por Justo Muriel, Gastón Leval, Augusto Souchy y especialmente los de Abelardo Iglesias, veterano de la Guerra Civil española y participante en la lucha antibatistiana. Entre las referencias especialmente importantes sobre el momento del triunfo revolucionario que nos ofrece Iglesias, están sus valoraciones en torno a los logros sindicales obtenidos por los obreros cubanos (de los que serían privados por su «Revolución») y una «lectura» de la apoteósica «Marcha sobre la Habana» de Fidel. Para Iglesias no fue más que una comedia copiada de la marcha de Mussolini sobre Roma. El costoso espectáculo, según Iglesias, no tenía sentido militar, el pueblo cubano ya se había liberado de Batista. Aquella era una simple ceremonia ostentadora del poder del nuevo caudillo.

Los textos publicados por Reconstruir develan el carácter policlasista, reformista y democrático que en sus orígenes tuvo la revolución cubana, así como la ausencia en el proceso, salvo en elementos muy aislados, del radical antinorteamericanismo y del prosovietismo puestos en boga por Fidel Castro después de sentirse firme en el poder. Lo que se desprende de estos artículos es que aquella no había sido una verdadera revolución obrero-campesina, y que tampoco había conducido al restablecimiento de las libertades civiles, ni a la creación de un sistema socialista; tras ella se violaban los derechos humanos más elementales y los trabajadores del campo y la ciudad continuaban alienados de los medios de producción, del mismo modo o peor de lo que habían estado antes.

A pesar de haber transcurrido más de 30 años, desde que se publicaron, estos artículos mantienen gran vigencia, particularmente los análisis de Iglesias sobre el funcionamiento de la nueva oligarquía gobernante, sus técnicas propagandísticas, de coacción y de movilización masiva.

Desgraciadamente, existe una sesuda «cubanología» parapetaba en ciertas universidades europeas y latinoamericanas que desconoce artículos como los de Reconstruir u otros trabajos que detallan la desnaturalización estalinista sufrida por la revolución cubana. Un proceso que se inició mucho antes de la confrontación (realmente provocada por Fidel Castro) con los Estados Unidos.

Nuestro hombre en La Habana

Los soviéticos descubrieron muy a tiempo en Fidel Castro un individuo con suficiente habilidad política como para atribuirse la victoria revolucionaria -que pertenecía en realidad al conjunto de las diversas fuerzas sociales que enfrentaron a Batista-. La imagen burgesa-latifundista del joven Castro evitó que los cubanos sospecharan lo que él mismo llegó a declarar en 1961, que había sido un marxista convencido (aunque inmaduro) desde los inicios de la lucha armada. Todas sus acciones y declaraciones políticas de aquella etapa estuvieron encaminadas a crear confusión acerca de su verdadera ideología. Hubo quien le atribuyó concepciones fascistas, otros anarquistas.

En la trampa de tomar a Castro por libertario han caído unos cuantos, incluso el jefe de propaganda del Partido Socialista Popular (partido de los estalinistas cubanos), Luis Mas Martín, quien intentó usar a Raúl Castro para influir en Fidel. Mas Martín todavía en 1959 opinaba que Fidel Castro era un anarquista cuyo odio a los Estados Unidos le llevaría a manos del Partido (comunista) sobre todo si los norteamericanos «seguían actuando de manera idiota» [Andrew]. Es muy probable que los estrategas soviéticos prefirieran mantener compartimentada la información sobre sus planes para Cuba entre la nueva mano derecha (KGB) y la vieja izquierda estalinista que ya estaba introducida en la Isla desde los años 20. Esto explicaría que tanto Mas Martín como otros dirigentes del PSP desconocieran los proyectos soviéticos para la revolución cubana.

El primer gobierno revolucionario tenía apariencia liberal. El presidente Manuel Urrutia, designado por Fidel Castro, había defendido en su condición de magistrado el derecho de Fidel Castro a rebelarse contra la dictadura de Batista, pero al mismo tiempo era un declarado opositor al imperialismo soviético, posición que compartía con numerosos militantes del 26 de Julio y de las demás organizaciones revolucionaria. Estos creían en Fidel, pero no así en Raúl Castro y Ernesto Che Guevara declarados filosoviéticos Muy pronto se demostró que aquel gobierno provisional no tenía verdadero poder. A los pocos meses el presidente Urrutia es obligado a renunciar por una maniobra que el mismo denominó. «e1 golpe de estado de 17 de Julio».

La penetración comunista fue denunciada por el comandante Huber Matos, jefe militar de Camagüey lo que le costaría la acusación de traidor y ser condenado a 20 años de prisión. Es en medio del proceso contra Matos que desaparece Camilo Cienfuegos, según el régimen producto de un «accidente aéreo». Pero existe otra versión la que nos ofrece, en «Reconstruir» el capitán Roberto Cárdenas, Jefe de la Base Aérea de Camagüey en el momento de la desaparición. Cárdenas era amigo personal de Camilo, había combatido contra la tiranía de Batista en la Columna 14, en la cual era jefe de su sección de espionaje:

«En realidad lo que había sucedido era que Camilo había sido muerto por el propio Fidel en el Palacio Presidencial, aproximadamente a las nueve y media de la noche del 27 de octubre, día que se celebró el mitin para pedir el fusilamiento de Húber Matos. Pepita Riera se encontraba presente en el Palacio presidencial durante la concentración donde las masas fueron excitadas para pedir el fusilamiento de Húber Matos. Hablaron Fidel, Raúl y Almeida a la multitud. Camilo no quiso hablar esa noche. Después recriminó a Raúl y dijo que era vergonzoso incitar a las masas a pedir el fusilamiento del comandante Matos, quien verdaderamente no era culpable de ningún delito. Raúl respondió lleno de ira, insultantemente y Camilo le dijo también en tono descompuesto que si seguía así lo iba a matar allí mismo. Hay otro testigo cuyo nombre no puede ser descubierto aún, que presenció la continuación de esta discusión. Según él las voces fueron subiendo de tono, hasta que súbitamente, se sintió un disparo, y a continuación otro más. Este testigo oyó a Raúl gritar: ¡Lo has matado! Esto sucedía en una de las habitaciones del Palacio Presidencial donde se habían reunido. Después llegó a nuestro conocimiento que Fidel necesitó esa noche asistencia médica, porque había tenido una crisis nerviosa y estaba histérico» [Cárdenas].

Como oficial de la Fuerza Aérea Rebelde y experimentado piloto, el capitán Cárdenas detectó una serie de incongruencias en la búsqueda de Camilo y organizó una investigación paralela. Asi dió con el avión de Camilo en una finca situada a 25 millas al sudeste de Camagüey, llamada «La Larga». Allí estaba la pequeña nave áerea escondida bajo pencas de guano y con las insignias cubiertas de pintura blanca [Cárdenas].

Camilo ha sido una de la figura cuyo carisma e ideología ambigua, unidos al color rojinegro del brazalete de los miembros del 26 de julio, ha contribuido a la confusión universal sobre la matriz libertaria de la revolución Cubana. El autor tuvo la oportunidad de tratar el tema en mayo de 1998, en una actividad de los anarcosindicalistas suecos, con el ácrata napolitano, Egno Carbone, quien citó un artículo aparecido en el periódico libertario italiano Humanita Nuova donde se señalaba a Camilo Cienfuegos como el espíritu libertario de la Revolución y la posibilidad de que Fidel lo hubiera mandado a matar.

Según el colega Frank Fernández, concienzudo historiador del anarquismo cubano, no existe prueba alguna de ideología anarquista en Camilo aunque se sabe que su padre militó en las filas libertarias durante la juventud. Por otra parte sabemos que el hermano de Camilo, Osmani, era miembro del PSP antes de la revolución y fue, hasta no hace mucho, uno de los dirigentes más importantes del régimen cubano. (¿conocería las revelaciones de Cárdenas sobre Camilo?).

Lo que si parece ser, por lo que declara Roberto Cárdenas, es que Camilo, a diferencia de su hermano, habría constituido un obstáculo para la sovietizacion del país. Afirma el capitán Cárdenas, que ya en 1958 algunos oficiales rebeldes habían detectados las «tendencias comunistoídes» de Fidel Castro. Una noche del mes de septiembre de 1958 se celebró una reunión en la finca de Cárdenas con la participación de Camilo. Allí se acordó que a la primera manifestación comunista de Fidel los presentes harían todo lo posible por destituirlo [Cárdenas].

Desafortunadamente los acontecimientos se desarrollaron con tal vertiginosidad que las fuerzas antiestalinistas de la revolución no atinaron a detener la penetración, fraguada de antemano, por prosoviéticos. Los sectores políticos, económicos, ideológicos y especialmente represivos del aparato estatal fuero copados rapidamente por cuadros comunistas. Quien se tomara el trabajo de visitar el museo del Ministerio del Interior, cito en quinta avenida y catorce, Miramar, La Habana, como hizo el autor en la primavera de 1993, detectaría, por las biografías inscritas en los pies de los retratos de los primeros «mártires» del G-2, la mayoritaria pertenencia a la «Seguridad» de los miembros del Partido Socialista Popular. Comparado con otras organizaciones, el PSP apenas se destacó en la lucha clandestina contra Batista. Así resulta algo desproporcionado la confianza que se depositó en sus cuadros a la hora de reprimir los grupos de todo tipo (muchos de origen revolucionario) que se opusieron al gobierno de Castro.

España; aparta de mí ese cáliz

No estaba ocurriendo «nuevo bajo el sol»; los anarquistas cubanos, que participaron como combatientes en la guerra civil española, descubrieron que se estaba repitiendo en Cuba, pero a mayor escala que en España, el modus operandi de los comunistas. Durante la guerra civil, los estalinistas, amparándose en la lucha antifascista, así como el apoyo económico, y de inteligencia les ofreció la URSS consiguieron cuotas de poder suficiente para aniquilar arteramente a muchos antifranquistas. La decisión de prestar ayuda a la República Española fue tomada por Stalin el 31 de agosto de 1936, en el curso de una reunión del Politburó celebrada en Moscú. Desde entonces, el Komintern y sus diversos agentes, organizaciones secretas y de espionaje se prepararon para para un mayor compromiso militar. El 14 de septiembre tuvo lugar una reunion determinante, nada más y nada menos que en los cuarteles de la tristemente célebre Lubianka, al parecer en presencia de Yagoda, jefe de la policía secreta NKDV. En ella se determinó organizar la ayuda militar directa de Rusia a España -algun día sabremos donde se efectuó la que hizo lo mismo con Cuba- En la reunion de marras se le atribuyó al NKDV la tarea de supervisar los envíos de armas y personal con destino a España y se nombró a «Alexander Orlov» (seudónimo) como oficial superintendente [Johansson…]. Este individuo sería la eminencia gris encargada de prácticar en España muchas de las medidas represivas que poco más de 20 años despues aplicarían sus discípulos contra los anarquistas en Cuba.

Vale recordar aquí, a modo de ejemplo, uno de los casos represivos estalinistas más escandalosos en España, el de la aniquilación del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Éste era una organización conformada por unos 60000 miembros, que lideraba Andrés Nin, antiguo secretario de Trotsky en Moscú, que mantenía una posición totalmente crítica hacia el estalinismo. Por cierto, fue gracias a la influencia de Nin sobre el comunista cubano Sandalio Junco que nacería el trotskismo en Cuba. No es mera casualidad que Junco cayera una década después que su mentor, también a manos del estalinismo, bajo los disparos de una pandilla en la que participó Armando Acosta, entre otros. Acosta se convertiría en asistente del Che durante su incursión guerrillera en las Villas, y posteriormente presidente de los llamados Comité de Defensa de la Revolución.

Volviendo a España. El prestigio de Nin le permitió ocupar la cartera de ministro de Justicia en el gobierno catalán, lo que le valió al POUM la critica de Trotsky. A pesar de ello el POUM no se pasó al estalinismo, siguió siendo uno de los pocos grupos dentro de la República, que, junto a algunas publicaciones anarquistas, se atreviera a denunciar los procesos de Moscú.

Los comunistas españoles y sus aliados internacionales, comenzaron una fuerte campaña contra el POUM. El primer eslabón fue expulsar a Nin del Gobierno catalán en diciembre del 36. El punto culminante fue su arresto y desaparición. Los dirigentes del POUM fueron acusados de fascistas. Las persecuciones y torturas las llevaban a cabo los comunistas extranjeros siguiendo instrucciones de Orlov, quien insistía en que le gobierno español no debía tener información sobre el asunto. Mientras los socialistas y republicanos, ensimismados en su lucha contra Franco apenas se dieron por enterados. Asesinado Nin, los hombres de Orlov continuaron en activo, mientras se formaba un servicio de contraespionaje llamado SIM (Servicio de Investigación Militar), con el fin de limitar la actividad entre otros, de los anarquistas. Aunque al principio el SIM sirvió con lealtad al gobiemo republicano, incluso denunció casos de los funcionarios rusos que pretendían actuar sin consultar con éste, terminó por transformarse en una policía política de los comunistas. Hugh Thomas, historiador de la guerra civil española, nos refiere:

«En todo caso el SIM pronto empezó a emplear los viles métodos de tortura de la NKVD: se construyeron celdas de unas dimensiones tan pequeñas que apenas cabía en ella un prisionero y el suelo era de ladrillos colocados de canto. Se instalaron fuertes luces eléctricas que producían deslumbramiento, o se utilizaban ruidos ensordecedores, o baños helados, hierros candentes o porras. EL SIM fue responsable del asesinato de varios reclutas del ejército republicano, y no sólo de los cobardes e ineficaces, sino también de aquellos que no estaban dispuestos a seguir las órdenes de los jefes comunistas» [Andrew].

Del mismo modo que el estalinismo de España quiso hacer pasar a los militantes del POUM por agente de los «Nacionales» se ha querido hacer pasar a los opositores de Castro, entre ellos a los anarquistas y trotskistas, como aliados de la reacción o agentes del imperialismo. El recurso de identificar al antiestalinista con las fuerzas de la «contrarrevolución» sería aplicado en Cuba, gracias a las «asesorías» de numerosos cuadros formados durante la guerra civil española, o de hijos de los comunistas educados en «La patria de Lenin». No debe extrañarnos semejanzas entre los medios de presión utilizados en las cárceles de Cuba, según los testimonios del nuevo presidio político cubano, y los que describe Hugh, como propios de las cárceles del SIM en España. Podemos arribar, pues a la conclusión de que la Guerra civil española sirvió a los estrategas soviéticos como campo de experimentación, cuyos resultados serían aplicados indefectiblemente en la transformación en saéelite de los países de Europa Oriental, y especialmente de Cuba (cuyo contexto sociocultural emparentaba con el español).

Veamos cómo se inicia el expediente cubano de la KGB -descartando la versión de Salvador Díaz Verson de que Castro fué reclutado en 1948-: a mediados de los años 50 los servicios de inteligencia soviéticos tenían grandes dudas sobre la posibilidad de un poder comunista en América Latina, dada la enorme influencia de los Estados Unidos en el continente y pese a contar con la magnífica cantera de espías que significaban los partidos comunistas, verdaderos brazos políticos de la URSS en el continente el partido comunista era capaz de desencadenar una revolución o detenerla según ella favoreciera o perjudicara los intereses de la Unión Soviética en la región-.

E1 primero en descubrir dentro de la KGB las potencialidades de Castro para los intereses regionales de la URSS fue el joven oficial hispanohablante de la KGB Nikolay Sergeievich Leonov, estacionado en la ciudad de México. Leonov había «conocido» previamente a Raúl Castro en 1951. Fue a raíz de su participación en el Festival Internacional de la Juventud en Viena. Este primer contacto tuvo lugar en el barco en que regresaba de Europa el hermano de Fidel. Se iniciaría así una historia que empequeñecería a la más fantástica de las aventuras de «James Bond» pero ahora con un final de signo contrario, el de victoria rotunda de la KGB sobre los servicios de inteligencia occidental.

Leonov frecuentará la casa de la famosa «María Antoni» -de la que habla Ernesto Guevara en su carta de despedida a Fidel Castro ante la aventura de Bolivia-. En ese lugar, Leonov también hará buenas migas con Emesto Guevara, un «rebelde sin causa» argentino de vaga ideología marxista, admirador de Mao, captado por Ñico López y Raúl Castro (en aquel entonces estalinistas convictos y confesos) para el movimiento armado. Guevara se encontrará posteriormente con Leonov en la Embajada y en las instituciones «culturales» soviéticas en México allí sera proveído de lo mejor de la literatura soviética. (Y por supuesto de su propaganda).

Cuenta Carlos Franqui que cuando conoció a Guevara éste leía las tesis de Lenin explicadas por Stalin, Franqui le preguntó que si había leído el informe de Nikita Kruschev al XX Congreso del PCUS. Guevara respondió que eso era «propaganda imperialista». Del mismo modo, Guevara manifestó ante otro testigo que la revolución antiestalinista húngara no había sido otra cosa que un motín fascista. Sin que pueda afirmarse que el Che fue un agente profesional de la KGB, no cabe dudas de que se convirtió, junto a Raúl Cartro, en un verdadero Caballo de Troya de la penetración de los prosoviéticos en las guerrillas y el posterior copamiento de la Revolución Cubana por los comunistas. Siendo uno más durante la preparación del Granma, Guevara recibirá la máxima calificación y será el alumno predilecto del maestro durante los entrenamientos militares que ofreció Alberto Bayo, prestigioso oficial del ejercito republicano español, a los expedicionarios del Granma.

Ya comandante guerrillero, Guevara favoreció en la guerrilla a los cuadros del PSP, entre ellos figuras de destacada trayectoria estalinista como Carlos Rafael Rodríguez y el ya mencionado Armando Acosta, su asistente guerrillero. Pero no sólo Guevara y Raúl tenían contactos directos con el representante de la KGB. También Fidel Castro se había dirigido a la embajada soviética en busca de ayuda militar para sus campañas guerrilleras contra Batista. Leonov comenzó a encontrarse regularmente con él ofreciéndole todo su apoyo moral. Leonov tuvo en cuenta el total control de Castro sobre le 26 de julio y el hecho de que su hermano Raúl, y un hombre de confianza, el Che ya se consideraran fueran para entonces verdaderos marxistas-leninistas.

El segundo momento crucial de esta historia lo tiene, a principios del 59 cuando viaja a Cuba el agente de la KGB Alexander Alexeiev (con la covertura de periodista de TASS) para entrevistarse, primero con Guevara y luego con el propio Castro a quienes promete todo el apoyo necesario por parte de la URSS. En julio de 1959 Ramiro Valdés, jefe de inteligencia de Castro, sostuvo un encuentro clandestino en México con el embajador soviético y el representante de la KGB. De este encuentro quedó el acuerdo de enviar a más de 100 consejeros de la KGB para los servicios de inteligencia y la seguridad de Castro. Estos consejeros fueron seleccionados entre «los niños» como se denominaban a los hijos exiliados en Rusia de los comunistas españoles. También fue enviado el veterano español Enrique Líster Farjan, uno de los jefes de propaganda del Partido Comunista español y uno de los más acérrimos críticos de las experiencias libertarias durante la guerra civil española.

En su memorias, Líster definió la revolución anarquista de Aragón como una «tiranía inhumana, que había establecido el terror como instrumento de autoridad y crimen organizado». Sin embargo, ello no fue óbice para que le tocara a Líster, en Cuba, la dudosa gloria de haber sido en creador de uno de los aparatos de represión y vigilancia colectiva más efectivos de cuantos haya conocido sociedad totalitaria alguna, los Comités de defensa de la Revolución, colocados, como dijimos, bajo la presidencia de Armando Acosta un hombre de probada fidelidad a la causa de la Madresita Rusia.

Así, los que ya se habían enfrentado dentro del campo republicano durante la guerra civil española: estalinistas y antiestalinisntas, volverían a encontrarse en Cuba. Un paradigma de este destino lo tenemos en la historia del gran intelectual republicano Antonio Ortega. Fué un hombre que supo conjugar la formación científica y cultural con la de consejero de propaganda del Consejo de Asturias como representante del partido de Izquierda republicana. Ortega se traslada a Cuba bajo la condición de exiliado a mediados de 1939. En octubre fue designado jefe de información de la prestigiosa revista Bohemia, que bajo la dirección de Miguel Ángel Quevedo comenzaba a tener una proyección continental. Antonio Ortega puede ser considerado como uno de los mejores cuentistas de cuantos produjeran en Cuba por aquellos años, por ello en 1945 fue invitado a formar parte de la fundación del Pen Club de Cuba. En 1954 Bohemia, donde continuaba ejerciendo el cargo de jefe de Información, se había convertido en la revista de idioma español de mayor tirada en el mundo y la de mayor circulación en Hispanoamérica. Ese año la triunfante empresa editora adquiere la revista que le seguía en importancia, Carteles y Antonio Ortega es designado su director. Como demostración de repudio a la dictadura de Batista, Ortega se abstuvo de participar en las actividades culturales organizadas por instituciones oficiales.

El derrumbe del régimen batisitano fue celebrado por carteles. Pronto vendría la decepción por el criterio de que en Cuba se establecería un régimen comunista. En esta situación el director de Bohemia (la revista que tan buena publicidad había hecho a la guerrilla de Castro), le propuso a Ortega marcharse del país para fundar en Venezuela «Bohemia Libre», y otra vez debió correr el camino del exilio ahora escapando del estalinismo cubano. Murió pobre pero libre en Caracas en 1970.

Otro caso similar es el de Salvador García, quien debió exiliarse despues de la revolución en México, precisamente la tierra donde su compatriota Alberto Bayo había entrenado a Fidel Castro y sus hombres. Salvador García ingresó en las juventudes libertarias siendo casi niño. Durante la guerra civil luchó hasta la caída de Cataluña. El grueso de su división fue a parar a un campo de concentración en Francia donde se incorporó a los maquis contra el ejército de ocupación alemán. Emigrado más tarde a Cuba, de donde era originaria su esposa, fue secretario de la CNT de España durante muchos años. Los acontecimientos cubanos le obligaron a exiliarse en la embajada mexicana en 1963. Su testimonio al salir de Cuba constituye una de las críticas más contundentes de cuantas haya hecho un anarquista español contra el régimen de Castro. La revista «Reconstruir» publicó una entrevista a Salvador García donde éste detalladamente relató cómo una nueva clase administraba la producción, cómo se teje la tela de araña del estado totalitario, donde toda queja o reclamo era tachado de contrarevolución, los lujos de los técnicos soviéticos, la merma de la capacidad adquisitiva del cubano, otrora uno de los países de mejor nivel de vida, perdía los derechos ciudadanos y sindicales, el fracaso del azúcar y del mal llamado trabajo voluntario. Aunque no perdía las esperanzas de una pronta liberación; declaraba sus temores pues «no es fácil que un pueblo se libere por sí solo», y ponía el caso de la España de Franco a pesar de que el fascismo internacional ya había sido vencido en los campos de batalla.

Desgraciadamente el régimen de Fidel Castro superaría al de Franco por su duración y falta de libertades. En una mesa servida por la KGB, el anarquismo estaba de más. Con el establecimiento del poder absoluto de Fidel Castro los anarquistas en Cuba solo podían tener una garantía: la de que sus días en la isla estaban contados.
Fuentes

– Abelardo Iglesias, «Revolución y dictadura en Cuba», Reconstruir 20/10/62, Buenos Aires, Argentina, y Reconstruir, compilación de artículos, 1963 / Apostillas al articulo deAlfiedo Gómez. En Guangara Libertaria, Otoño 1991.

– Agrupación Sindicalista Libertaria, «Declaración de Principios», La Habana, Junio 1960. En Guángara libertaria, Verano 1990- Alfredo Gómez, Los anarquistas cubanos o la Mala conciencia del Anarquismo. En Guangara Libertaria, Verano 1981

– Anna Johansson, Annika Hjelm, Rebecka Bohlin, «Kuba urettfühetligt perspektiv» (Cuba desde una perspectiva libertaria) En Syndikalisten, april 1998, Stockholm.

– August Souchy, «Testimonios sobre la Revolución Cubana», Reconstruir, Buenos Aires, Argentina, dic. 1960

– Christofepher Andrew, La KGB desde adentro, Nonnierr Fakta Bokförlag CAAB, Uddevallá 1991.- Frank Fernández: The Anarchist & Liberty, Monty Miller Press, 1987 / Lucha Justa y necesaria, Oct. 1996, pp. 88-90 / «Homenaje a Santiago Cobo» en Guángara Libertaria, Inviemo 1992, Vo1.13-No 49 / Carta personal al autor, 5 de dicíembre de 1997.

– Gastón Leval, «El castro-comunismo no puede engañar a nadie», Reconstruir 21 Nov-dic. 1962.

– Hugh Thomas, La Guerra Civil Española, Tomo I, Grijalbo Mondadori, Barcelona 1995

– Jorge Domingo Antonio Ortega, «De regreso», La Gaceta de Cuba, 2. Marzo/ Abril 1998, La Habana

– Justo Muriel, «Los cubanos y la libertad», Reconstruir , 41, Marzo-Abril, 1961.

– Paco Cabello, «A cien años de la independencia cubana…el Papa en Cuba». CNT febrero-abril 1998.- Roberto Cárdenas, «La muerte de Camilo Cienfuegos», Reconstruir Nov-Dic. 1961.

– Salvador García, «En torno a la revolución cubana». Reconstruir, Jul-Agosto 1963

– Sam Dolgoff, Den Kubanska Revolutionen -ur ett Kritisk Perspektiv (La Revolución Cubana desde una perspectiva crítica) Tryckeri AB Federativ, Stockholm, 1982

El banquete de la vida, de Anselmo Lorenzo (Manel Aisa)

Editorial Sintra  Barcelona 2006, Colección Redescubrir, 21×15 cm, 104 pág.

La Editorial Sintra en su colección Redescubrir ha publicado un texto de Anselmo Lorenzo editado ahora hace poco más o menos cien años, por la editorial de las Publicaciones de la Escuela Moderna que sin ser un libro de texto de la Escuela Moderna sí formó parte de su colección. Así tanto, en el número 8 y 9 del Boletín de la Escuela Moderna de 30 de abril y 31 de mayo de 1905 respectivamente, se reproducen dos apartados del libro para que los niños de la Escuela conozcan y evalúen sobre el “Preámbulo”  que abre el libro y el capítulo dedicado a “El derecho a vivir”.

El Banquete de la Vida fue publicado como hemos dicho antes por la Escuela Moderna en 1905, donde un Anselmo Lorenzo ya maduro lanza un primer golpe de atención a las ideas maltusianas, poco antes de que desde el movimiento libertario avancen las ideas neomalthusianas. .

Lorenzo reflexiona sobre la vida en la Tierra, los espacios naturales, los sentidos, y las actitudes y compromiso ante la vida de las personas y los elementos naturales que les rodean, el trabajo y el Patrimonio Universal Acumulado.

A partir de ahí toma postura por las ideas kropotkinianas del apoyo mutuo y cuestiona elementos de los darwinianos que no de Darwin.

Así Lorenzo denuncia los privilegios de la burguesía que Malthus justifico en su día argumentando el derecho de éstos en detrimento de las clases populares y nos recuerda que la naturaleza tiene resuelta su existencia desde la noche de los tiempos pero no así el hombre que constantemente  legisla, a favor de los privilegios de casta de unos sobre otros.

También en el libro encontramos una reflexión sobre la demografía y el constante crecimiento de la población mundial, donde hoy, podemos entender que no tanto se trata del crecimiento natural de la especie “humana” si no también hay que tener en cuenta, otros factores como la longevidad de la vida de las  personas y lo que ello entraña, en una sociedad que a cada paso va creciendo en número y donde sin duda, la actividad humana modifica el medio ambiente. Donde la alteración se produce por el crecimiento de las ciudades, las comunicaciones y el sector agrícola hechos que avanzan destruyendo los bosques, selvas y erosionando el terreno que lleva forzosamente a la desertización.

Por ello es necesaria una reflexión desde el conocimiento de los avances de la ciencia pero sobretodo a partir del interés de toda la sociedad y no a partir de los privilegios de clase de la burguesía y el capital.

Debido a que hoy en día pocos ya recuerdan la figura de Anselmo Lorenzo también en el libro encontraremos un esbozo biográfico del abuelo del anarquismo español que nos ayudará a comprender su evolución en el campo de las ideas libertarias, y el por qué del arraigo del anarquismo en España.

Para finalizar con unos estupendos dibujos en cada  apartado del libro que se deben a la pluma de Fermín Sagristà. Colaborador incansable entre otros de las publicaciones de la Escuela Moderna y del periódico Tierra y Libertad que a la muerte de Ferrer por encargo de Tomás Herreros hizo una espléndida alegoría sobre el asesinato de Ferrer en Montjuic por la que fue detenido y paso 16 meses en los calabozos del castillo maldito.

Un revolucionario humanista, Victor Serge (Francesc de Cabo, 1990)

De Víctor Serge, nombre de «guerra» de Víctor Luovich Kibalchich Paderevski, nacido en Bruselas, hijo de exiliados rusos, casado con Liouba Roussakova, con la que tuvo dos hijos, Vladimir, conocido por Vlady, renombrado pintor que reside en México, y Jeannine, que trabaja en el Centro de Estudios Básicos en Teoría Social de la Universidad de México, se cumple este año el centenario de su nacimiento.

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El POUM y la cuestión sindical (Francisco de Cabo)

Un partido revolucionario sin una base sindical en la cual pueda apoyarse es como un edificio sin cimientos sólidos. La base sindical de un partido obrero revolucionario es su propio reaseguro de clase. Los anarcosindicalistas, en la preguerra civil convirtieron a los sindicatos de la CNT en su “partido político”: “en sí” y “por sí” el sindicato era su espacio político. Y este espacio político lo defendieron como un coto cerrado e incluso recurrieron al lenguaje de las pistolas cuando los intrusos marxistas intentaron desviar hacia sus propios conceptos sindicales los principios en que se fundamentó la creación de la Confederación Nacional del Trabajo.

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En defensa del POUM (Camillo Berneri, 1937)

Publicado en L’adunata dei refrattari. Nueva York. 1/8 de mayo de 1937.
Traducción procedente de la selección de Carlos M. Rama, Guerra de clases en España, 1936-1937 (Tusquets, 1977).

 

La prensa de la III Internacional, siguiendo las instrucciones del gobierno de la URSS, desencadenó y continúa desencadenando una violenta campaña contra el POUM, o sea contra el Partido Obrero de Unificación Marxista de España.

La tendenciosidad y la violencia de tal campaña es inaudita.

El periodista bolchevique Michel Koltsov acusa, en bloque, de despreciables a los militantes del POUM y se complace en repetir que «los destacamentos del POUM de las brigadas internacionales fueron disueltos, y su comandante expulsado del frente de Madrid» (L ‘Humanité, París, 24-1-1937). El periódico italiano comunista centrista II Crido del Popolo de París (14-111-1937) dice en una de sus correspondencias de Barcelona:

¿Y los trotskistas del POUM? En medio del entusiasmo, en este nuevo grandioso esfuerzo que el pueblo está cumpliendo, estos agentes del fascismo organizaron durante varios días consecutivos el recorrido por la ciudad de un camión con una enorme inscripción: ¡Organizamos la lucha contra el fascismo en el frente y la lucha contra el reformismo en la retaguardia!
Estos contrarrevolucionarios llegan a tal vileza que se guardan bien de pelear en el frente Contra el fascismo, pero en cambio, en la retaguardia están prontos para combatir el reformismo, combatiendo por lo tanto los esfuerzos del Frente Popular para poner en pie de guerra a la nación. ¡Pero el pueblo de España, haciendo justicia a estos bandidos, camina derecho a la victoria!

En España la prensa y los representantes del PSUC usan un lenguaje parecido. Mundo Obrero, órgano del Partido Comunista de España, afirmó en su numero del 29-1-1937:

Debemos luchar sin tregua contra los elementos trotskistas. Son los mejores colaboradores de Franco en nuestro país… El POUM es un puesto avanzado del enemigo en nuestro propio campo…
En todo movimiento revolucionario los más peligrosos son aquellos que se disimulan bajo el manto de la amistad, para luego asesinar por la espalda. En toda guerra los más peligrosos no son los enemigos que ocupan las trincheras del frente, sino los espías y los saboteadores. y el POUM se encuentra entre éstos.

En su número del 27 de enero de 1937, Ahora, órgano de la Juventud Socialista Unificada, decía: «liquidemos de una vez para siempre esta fracción de la quinta columna. El pueblo soviético, con su implacable justicia contra el grupo de los saboteadores y asesinos trotskistas, nos señala el camino».

Juan Comorera, influyente representante del PSUC y de la UGT en el gobierno de Cataluña, dijo en su discurso del 24 de enero de 1937: «los que critican al Consejo de la Generalitat son agentes provocadores que actúan en los bajos fondos sociales». Y todavía agregó: «Muerte, no al fascismo que ya ha sido liquidado en el campo de batalla, sino a los agentes provocadores». En aquel mismo mitin, Uribe, diputado comunista, proclamó: «Para ganar la guerra es necesario extirpar el cáncer del trotskismo», y Carrillo, secretario general de la Juventud Socialista Unificada, afirmó: «la política de los trotskistas, al decir que luchan por la revolución social, es la política de los invasores, es la política de los fascistas». Hasta la prensa de la UGT ha publicado disparates de este tipo: «Las estaciones de radio de Torino y de Boizano están perfectamente sincronizadas con La Batalla, y con las estaciones de radio del POUM».
{Claridad, 26 de enero de 1937).

Las difamaciones publicadas contra el POUM son tan gigantescas que merecerían ser reunidas como documentos de la mala fe del Komintern y de sus sacerdotes centristas. Basta recordar, para citar un solo ejemplo entre tantos, que el periódico del partido comunista noruego Ny Tid {en sus números del 28 de enero y del 16 de febrero de 1937) llegó a insinuar que Maurín, fusilado por los fascistas (1), seguía vivo y saludable paseándose tranquilamente por las calles de Burgos. Que la campaña contra el POUM sea inspirada desde Moscú es una de las múltiples pruebas que tenemos a través de periodistas, oficiosos como Koltsov, que dirigió los ataques apoyado por la intervención consular del mismo tipo que aquélla del cónsul ruso en Barcelona, que denunció expresamente en una nota impresa a La Batalla de haberse «vendido al fascismo internacional».

Moscú, que ha impedido a la España antifascista albergar a Trotski, que ha opuesto su veto a la representación del POUM en la Junta de Defensa de Madrid y en el Consejo de la Generalitat de Cataluña. Moscú, que quiere un gobierno fuerte del cual somos excluidos {«los que injurian a la URSS»). Las difamaciones y las amenazas fueron seguidas de los hechos más lamentables: en Madrid fue invadida y arrasada la sede de la juventud del POUM; los diarios del POUM fueron suspendidos y multados, y tanto en Treball como en Mundo Obrero han comenzado a solicitar la supresión del POUM. obviamente, los únicos en beneficiarse de este estado de cosas son los fascistas. La Batalla fue suspendida durante cuatro días por el consejo de la Generalitat de Cataluña, y de inmediato Radio Burgos informa que las divergencias en el seno del Frente Popular son cada vez más graves y que el director de La Batalla ha sido arrestado por la publicación de violentos artículos contra el gobierno de Valencia. y Le Temps del 18 de marzo de 1937 dio a conocer los telegramas de Burgos y de Barcelona referentes a la suspensión del cotidiano poumista, encabezándolos con el título Se agravan las divergencias políticas.

¿Qué actitud tienen los anarquistas frente a esta lucha entre el PSUC y el POUM?

El semanario procomunista parisiense Vendredi del 26 de marzo de 1937 reconoció, a través de la pluma de Marc Bernard, que los anarquistas «sirven de elemento moderador entre los dos partidos que se afrontan con la mayor aspereza: el PSUC y el POUM… Llaman la atención acerca de que la totalidad de los esfuerzos deben encauzarse en la lucha contra el enemigo común y dirigen súplicas a uno y a otro partido para que sus discusiones tengan un tono cortés» .

Y en realidad es así. Un manifiesto de las Juventudes Libertarias de Barcelona expresa:

No estamos dispuestos a solidarizarnos con aquellos que por simples apetitos políticos pretenden hundir a algunos compañeros en un vergonzoso descrédito lanzando gigantescas ondas de calumnia y de infamia contra ellos, en conocimiento de la mentira. como sucede contra la Juventud Comunista Ibérica.
Gritamos hoy con toda la fuerza de nuestros pulmones: ¡Basta!, ¡Basta! Es injusto que por malsanos apetitos se quiera eliminar una organización que combatió y continúa luchando junto con los demás. por el triunfo de la Revolución española.

En respuesta al ya citado discurso pogromista de Comorera, Solidaridad Obrera, órgano regional de la CNT, decía el 6 de febrero de 1937:

Si el compañero Comorera no lo tomase a mal, le daríamos un consejo fraternal: que sea prudente, que controle su lengua, que demuestre poseer el sentido de responsabilidad que tanto recomienda a los demás, que abandone pueriles aspiraciones y trabaje noblemente en pro de la causa común sin provocar, con sus inoportunas intervenciones, tormentas de indignación. Que piense que la vieja política es intolerable, así como son desaconsejables sus procedimientos; que tenga presente que vivimos en Cataluña, que estamos en el curso de la guerra, y que luchamos por la revolución.
Los que dicen que quienes critican al Consejo de la Generalitat son agentes provocadores que agitan los bajos fondos sociales quiebran incluso la disciplina que es nuestro deber imponer.

El alcalde de Gerona, Expedito Durán, miembro de la CNT, en su discurso pronunciado durante la sesión municipal del 12 de febrero de 1937, dijo: «Es una insensatez que nadie cree -incluso quien la escribió- decir que el POUM sirve al fascismo. El POUM ha demostrado suficientemente ser un partido netamente antifascista y auténticamente revolucionario

Tanto la CNT como la prensa anarquista en general hicieron análogas declaraciones.

Un partido que ha tenido varios representantes (Maurín, Etchebehere, José Oliver, Germinal Vidal, Pedro Villarosa, Louis Blanes, etc.) caídos en la lucha, y que en proporción ocupa con sus cuadros y sus pérdidas el segundo lugar en la lucha contra el fascismo, no puede presentarse -salvo ocultando la verdad y violando la justicia- como una amalgama de bellacos y de «agentes de Franco-Hitler-Mussolini», como continúa presentándolo la prensa del Komintern, desde Pradva a L’Humanité, y de Treball a Mundo Obrero.

Un partido que incluso predomina en algunas localidades, especialmente en Cataluña, que tiene millares de hombres en varios frentes, no es una fuerza despreciable. Hablar de suprimir aquí aquel partido, como predican algunos del PSUC, es más que un delito contra la libertad, un acto de sabotaje contra la lucha antifascista.

¿Qué es el POUM?

Surgió en Cataluña en el mes de setiembre de 1935, como consecuencia de la fusión del Bloque Obrero y Campesino (BOC) con la Izquierda y los elementos revolucionarios que militaban en el cuadro de la CNT. Esta organización sindical de tendencia anárquica se adhirió en el año 1919, bajo la influencia de Pestaña, a la Internacional Comunista, pero en el Congreso de Zaragoza, en 1922, retomó su propia autonomía. Un grupo de militantes de la CNT permaneció fiel, incluso criticando la táctica, a la Internacional Comunista, y se esforzó, con Maurín a la cabeza, en dar una orientación marxista al movimiento revolucionario catalán. El Partido Comunista de España, fundado en 1920 por Borodin, emisario de la Internacional, se limitó a amalgamar algunos núcleos de simpatizantes socialdemócratas con el bolchevismo. La Internacional Comunista impuso una política que provocó numerosas escisiones en el seno del partido. Un primer grupo se separó junto con Arquer, Miravitlles, Coll, Montserrat, Rodes y otros, y en 1930 la Federación Comunista Catalana en su totalidad, en desacuerdo con la directiva
moscovita, fue excluida del partido.

De la fusión de aquella federación con el grupo de la oposición que se había separado anteriormente del partido surgió en marzo de 1931 el BOC, que se consolidó en Cataluña, pero tuvo también algunos contrafuertes en Asturias, Madrid, Levante y en el sur. El BOC por oposición al peligro fascista, preconizó la «Alianza Obrera». En septiembre de 1935, como consecuencia de la fusión del BOC y de la Izquierda Comunista surgió el POUM.

El 19 de julio de 1936 el POUM estuvo junto a la FAI y a la CNT durante la heroica resistencia al putsch militar-fascista y organizó en columnas ocho mil hombres que se situaron en varios frentes.

El POUM no puede definirse como un partido trotskista, puesto que no tiene vínculos directos ni predominantes con Trotski, que lo niega, ni con sus secuaces, que lo atacan. Existe una pequeña fracción que a grosso modo puede ser considerada trotskista, pero la mayoría de los trotskistas españoles estaban fuera del POUM.

Se dice que el POUM está contra la URSS. En realidad, sin embargo, exalta la revolución rusa de octubre de 1917, declara que acudiría en defensa del proletariado ruso si éste fuese agredido por un Estado burgués, y no cesa de elogiar la ayuda aportada por el pueblo ruso a la España antifascista; pero no quema incienso a Stalin ni se solidariza con el paneslavismo bolchevique y además niega al gobierno de la URSS el derecho de imponer su propia política al pueblo español, a cambio de la ayuda que le presta.

También se dice, finalmente, que el POUM es contrario al Frente Popular. En realidad, este partido se opone a la tendencia que pretende disociar la guerra civil de la revolución social.

El programa de la Juventud Comunista Ibérica (POUM), que cuenta con una fuerza de diez mil adherentes, en febrero de 1937 es el siguiente:

Abrogación de la Constitución burguesa del 14 de abril de 1931 y disolución del Parlamento: asambleas de delegados de los comités de gestión, de los campesinos y de las milicias para elegir el gobierno obrero revolucionario; derechos políticos para todos los jóvenes de dieciocho años, sin distinción de sexos; disolución de losorganismos de justicia burguesa, y creación de una justicia obrera; lo mismo en lo referente a la policía: depuración de la burocracia.
La JCI afirma que para ganar la guerra es necesario: la disolución de los cuadros del ejército burgués; la movilización general de la juventud; la dirección militar única; la depuración de la escuela de guerra y la preparación militar de la juventud; el desarrollo de una potente industria de guerra y la organización del trabajo voluntario y obligatorio para la guerra; el empleo de los fascistas detenidos en el trabajo de fortificaciones.
La JCI no renuncia a la revolución proletaria, que en su concepto forma una unidad con la guerra civil, y que debe crear una nueva economía proletaria, caracterizada por la socialización de la gran industria, de la banca y de la tierra, del monopolio del comercio exterior y de la municipalización de los servicios públicos.

No todo este programa, que mencionamos en sus puntos más destacados, coincide con nuestras actuales reivindicaciones, o con nuestras aspiraciones, pero ninguno de nosotros puede tacharlo de contrarrevolucionario.

Si el POUM fuese una fuerza política predominante en España, seguramente nuestra crítica tendría materia sobre la cual incidir. Pero hoy el POUM constituye una considerable fuerza en la lucha antifascista, así como en las filas de la resistencia a la asfixia de la revolución, y por lo tanto nuestra divergencia teórica con respecto a ese partido es poca cosa frente a las actuales y posibles convergencias en el terreno de la
acción.

Muchos motivos de la crítica, muchas fórmulas de agitación del POUM, corresponden a la realidad, y son un potencial del desarrollo de la revolución social española.

Contra la opinión hegemónica y la oblicua maniobra del PSUC, debemos afirmar, enérgica e infatigablemente, la utilidad de la libre pluralidad política en el seno de los organismos sindicales y la absoluta necesidad de la unidad de acción antifascista. Es imprescindible evitar los tonos frailunos y la práctica franciscana. Es necesario decir bien alto que cualquiera que insulte y calumnie al POUM, y solicite su supresión, es un
saboteador de la lucha antifascista que no va a ser tolerado.

Esta toma de posición nuestra, además de adecuarse a la necesidad de la gravedad de la hora, y de responder al espíritu del anarquismo constituye la mejor profilaxis contra la dictadura contrarrevolucionaria que cada vez más se perfila en el programa de restauración democrática del PSUC y en la disyuntiva entre revolución y guerra de algunos revolucionarios miopes y desorientados.

 

Notas

(1) En realidad Maurín no había sido fusilado sino que permanecía encarcelado en una prisión franquista, donde pasó diez años.

Camillo Berneri, un revolucionario

Fuente: http://www.camiloberneri.org (2007)

“Los jóvenes se sienten molestos en la estrechez dogmática de nuestro movimiento. La Anarquía es una cosa más inteligente y más seriamente hermosa que la Arcadia a lo Jean Grave, grata a la mayoría de los compañeros…. Mi revisionismo es una pequeña reforma de método, el cual, en sus líneas fundamentales me parece que debe ser confirmado por los hechos… Yo  soy un estudioso y un curioso del pensamiento de los otros, consciente de la complejidad de los problemas e insatisfecho de las soluciones simplistas….”

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Los Hechos de Mayo (Juan Andrade, 1986)

Texto incluido en el libro de Juan Andrade Notas sobre la guerra civil (Actuación del POUM), Madrid, Ediciones Libertarias, 1986.
 

Las llamadas «Jornadas de Mayo» de 1937 en Barcelona y la posición adoptada por el POUM fue el ejemplo de una posición nuestra que podía calificarse a simple vista de »equívoca». En dicha fecha las telecomunicaciones en Barcelona estaban aún «sindicalizadas», es decir, no pertenecían al Estado ni a la colectividad obrera en su conjunto sino al Sindicato de Teléfonos de la CNT, que se había reservado todos los derechos de propiedad, que determinaba el curso a dar a los mensajes e incluso ejercía la censura de una manera caprichosa. Semejante estado de cosas era intolerable porque era arbitrario y unilateral. Era necesario regularizar «la sindicalización de las comunicaciones» pero la contrarrevolución estalinista vio en esta situación un motivo para comenzar la represión contra el poder de los sindicatos de la CNT en Cataluña. Con varios camiones de guardias pertenecientes al PC, sin órdenes ni autorización expresa del gobierno de la Generalidad, el comisario estalinista de orden público se presentó en la central telefónica para incautarse del edificio.

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