Intervención leída el 16 de junio de 2007 en el Palacio de la Virreina en el homenaje a Nin y Berneri organizado por la Fundació Andreu Nin.
Camillo Berneri era un intelectual y un militante anarquista de gran valor. Por esas dos culpas fue asesinado por los estalinistas.
1. En Italia, y no solo, se vuelve a descubrir la personalidad de Camillo Berneri, asesinado, aquí en Barcelona, en mayo 1937, a los cuarenta años de edad. En los últimos tiempos se han dedicado a su figura varios libros y congresos, ensayos y públicos recuerdos, entre otros una reciente y vivaz obra de teatro. En la valoración de este protagonista de la lucha antifascista y antiestalinista ha jugado un destacado papel el Archivo Famiglia Berneri de Reggio Emilia que, desde hace décadas, recoge sus papeles y la documentación, también bibliográfica, que lo atañe.
2. ¿Cuáles son los aspectos de su vida agitada que han despertado más el interés?
Desde hace pocos años, Berneri era conocido sobre todo por el hecho de haber sido asesinado. Y el homicidio había sido justamente denunciado por los anarquistas y otros revolucionarios y la responsabilidad atribuida a los estalinistas italianos que, por otro lado, lo habían reivindicado públicamente. Véase, por ejemplo, lo que escribía a finales de mayo 1937 “Il grido del popolo”, periodico de la emigración italiana en Francia, controlado por ellos.
En los últimos tiempos se ha evidenciado la profundidad de su doble compromiso, antifascista y antiestalinista. En contra del régimen de Mussolini, Berneri apoyó la línea del antifascismo de acción. Con muchos anarquistas, y también con militantes de Giustizia e Libertà, el movimiento liberalsocialista y revolucionario de Carlo Rosselli, afirmó la necesidad y la urgencia de realizar ataques precisos a las estructuras de la dictadura, dentro y fuera de Italia. El régimen fascista se había hecho con el poder en Italia gracias a la violencia escuadrista y que se mantenía con un capilar aparato policiaco y judicial: todo eso justificaba ampliamente el recurso a métodos de lucha radicales y frontales. En contra del estalinismo, Berneri propuso la superación de las incertidumbres de muchos militantes del movimiento obrero, por ejemplo socialistas y republicanos, que aceptaban el papel protector que, aparentemente, la Unión Soviética jugaba a nivel internacional. Desde las páginas del periódico “Guerra di Classe”, publicado en Barcelona desde el octubre 1936, denunciará sin reticencia la represión en la URSS que se estaba montando con los juicios farsa y en España las amenazas, difundidas junto a calumnias infamantes, hacia los militantes del POUM. Y eso en el marco de un evidente asalto, actuado por los agentes de Stalin, a los cargos del poder del estado, desde el ejercito hasta la propaganda. Estos artículos antiestalinistas levantaron las protestas de los diplomáticos rusos y la obvia inserción del nombre de Berneri en la lista de los “enemigos del pueblo”. Un motivo más para eliminarlo.
También otros aspectos de su actividad han llamado la atención de intelectuales e historiadores atentos a las biografías revolucionarias. Se ha evidenciado su precoz militancia socialista: Berneri empezó a los 15 años, y el ambiente proletario frecuentado dejó un positivo recuerdo por la seriedad y la moralidad del compromiso político. Otros investigadores han analizado el conflicto interior que le acompaño en toda su vida: por un lado la fuerte atracción hacia los afectos familiares y por el otro las necesidades de la lucha revolucionaria que le llevaron a conocer, como otros, muchos militantes libertarios (y no solamente ellos), detenciones y condenas, fugas precipitosas y clandestinidad, cárceles y expulsiones.
Se ha también subrayado una ingenua imprudencia que lo expuso a las provocaciones de los agentes del fascismo, o una generosidad y subevaluación de sus notables limites biológicos, sea en la vista que en el oído además que en la resistencia a los esfuerzos físicos. Así, por ejemplo, en el exilio francés se cargó con trabajos pesados en la construcción y en las trincheras de Monte Pelato, en el frente aragonés, se arriesgó a combatir armas a la mano. En ambos casos fueron los compañeros a convencerlo que su puesto de lucha estaba en otro lugar.
3. ¿Cuáles son los temas centrales de su pensamiento multiforme?
Una insaciable curiosidad empujaba Berneri a seguir líneas de investigación polivalentes y, según varios críticos, dispersivos. Su manera de enfocar los problemas le llevaba a no conformarse con fáciles respuestas estereotipadas a la cuestión central: las posibilidades reales de la revolución libertaria, su gran objetivo, utópico y concreto a la vez. En la filosofía y la psicología, en la sociología y la historia antigua el pedía que le proporcionaran ejemplos efectivos de los milenarios esfuerzos titánicos de la humanidad oprimida. Y se interrogaba sobre las pequeñas conquistas y grandes derrotas de los que habían intentado rebelarse al poder dominante en nombre de la dignidad humana. También los estudios sobre las religiones y la ética y las reflexiones sobre el papel de la mujer y de la sexualidad en la historia social eran utilizados para darse cuenta de los grandes obstáculos encontrados en el largo camino para la emancipación de la explotación. En su reelaboración original del pensamiento anarquista, del cual sentía la necesidad de una puesta al día, sacaba útiles elementos de fuentes diferentes de las del pensamiento revolucionario clasista. Por esto consideraba importante la valorización del federalismo, por ejemplo de un burgués progresista lombardo como Carlo Cattaneo, o la contribución de un pensador y político radical como Gaetano Salvemini que había sido su docente de referencia. La continua curiosidad intelectual le llevaba a rechazar las respuestas cómodas del sectarismo y del esquematismo, que encontraba también en las filas de los anarquistas, y a intentar de superar todas las tendencias al conformismo y a la superficialidad, precursoras de un nuevo dogmatismo simplista.
4. Cabe recordar que la compleja personalidad intelectual de Berneri ha sido recientemente forzosamente reinterpretada, por lo menos en Italia, en clave de ideología neoliberal. Se ha dicho que sus reflexiones teóricas y sus redefiniciones políticas lo pondrían en una condición de substancial equidistancia entre anarquismo y liberalismo. Creo que esta interpretación no está fundamentada sea por la referencia critica constante de Berneri a los valores fundamentales del anarquismo, por así decir, clásico, sea porqué no se pueden valorar correctamente cada una de las frases de un intelectual militante fuera del contexto colectivo del movimiento en el cual se mueve. Desde este doble punto de vista, de la referencia crítica y del contexto, Berneri mantuvo su rechazo a la jerarquía política y su aceptación del principio de igualdad entre los seres humanos. Se trata claramente de principios coherentes con el proyecto anarquista de liberación social con el cual Camillo Berneri se identificó completamente. Hasta el punto de arriesgar su propia vida.
Intelectual inorgánico, por supuesto, y militante “sui generis”. Pero eso es lógico y previsible al interior de un movimiento, el libertario, que ha valorado la diversidad individual y la no contradictoriedad entre organización e individuo, entre eficacia y autonomía, entre aspiraciones colectivas y dimensión personal.
5. La coincidencia en Berneri entre intelectual y militante nos reenvía a una singular coincidencia: casi contemporáneamente desaparecen tres grandes personalidades del movimiento obrero italiano e internacional. El 3 de mayo CB conmemoraba con respeto a Radio Barcelona la figura de Antonio Gramsci, fallecido unos días antes tras un largo periodo de cárcel fascista. El 6 de mayo el mismo Berneri fue encontrado cadáver en la Plaza de la Generalitat. Al rededor de un mes más tarde, Carlo Rosselli, con su hermano Nello, era eliminado por una escuadra de fascistas franceses a las ordenes del régimen fascista italiano.
En particular la eliminación de Berneri y Rosselli, ambos victimas de juegos estatales que se movían alrededor de la guerra civil en España, tuvo notables consecuencias en la debilitación de dos movimientos socialistas antiautoritarios italianos. En la Italia de 1945 estas dos personalidades habrían podido pesar mucho, como experiencia y como proyectualidad, en la reorganización de un espacio autónomo en el movimiento obrero ya dominado por un PCI de ciega obediencia estalinista. Carlo Rosselli no será presente en la reconstrucción del movimiento Giustizia e Libertá que se había transformado, durante la Resistencia armada del 1943, en el Partito d’Azione. Esta formación política, con posiciones radicalmente laicas y progresistas, desaparecerá después de pocos años. Camillo Berneri habría podido dar una preciosa contribución en la actualización del anarquismo italiano, en la práctica marginado por la polarización, también a escala nacional, entre los dos bloques, el occidental capitalista y el oriental comunista de estado.
La historia de los movimientos de emancipación está enlazada a las iniciativas colectivas de los pueblos, pero no comprenderíamos muchas cosas fundamentales sin considerar de manera adecuada cada importante acontecimiento individual. Y la vida y la muerte de Berneri, y por supuesto de Andreu Nin, nos proporcionan muchos estímulos en este sentido.
Edición digital de la Fundación Andreu Nin, junio 2007