Primera etapa
Fundación. Diciembre de 1922 en Barcelona (Maurín, Bonet, Foix). Periodo de la dictadura de Primo de Rivera. El periódico se pronuncia por la defensa de la Revolución rusa y pretende establecer «un enlace entre el sindicalismo revolucionarlo y el marxismo. «Vigilancia importante y censura implacable. Varios redactores y colaboradores son encarcelados. Suspensión por el general Martínez Anido en 1925.
Segunda etapa
«La Batalla » reapareció en 1930, tras la sustitución de Primo de Rivera por el general Berenguer. Maurín y sus redactores, que habían roto con el Partido Comunista y con el Kremlin, animaban la Federación Comunista catalano-balear y acababan de formar el Bloque Obrero y Campesino, se habían trasformado en una organización comunista independiente. Tras una breve suspensión con motivo de la insurrección de Jaca, reapareció y estuvo muy presente en las luchas que condujeron a la caída de la monarquía y a la proclamación de la República el 14 de Abril de 1930. En los años de la República «La Batalla» fue suspendida en dos ocasiones tras la insurrección de los mineros de Figols (Cataluña) y la Revolución de Octubre de 1934 por el gobierno Lerroux-Gil Robles. El semanario reapareció en Valencia por unas breves semanas en 1935.Pero no tardó en volver a Barcelona, donde se entregó a la gran tarea de reconstrucción del movimiento obrero y a facilitar la fusión de la izquierda Comunista y el Bloque Obrero y Campesino y la creación del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista).Esta etapa es una de las más importantes en el sentido de que contó con un equipo de colaboradores excepcional: Maurín, Nin, Andrade, Portela, Iglesias, Solano, Arenillas, Granel¡, Garcia Palacios, Jordi Arquer…
Tercera etapa
En agosto de 1936,vencida la insurrección militar-fascista en los principales centros industriales del país, «La Batalla» se convirtió en un gran diario obrero y se instaló en la imprenta requisada del diario carlista «El Correo Catalán». El órgano central del partido asumió así el importante papel de principal animador de la prensa del POUM en Cataluña, Madrid, Valencia, frentes de Aragón y del Centro, (varios diarios y numerosos semanarios y revistas).Se trata, naturalmente, de la etapa más importante del POUM en el dominio de los medios de comunicación, ya que éste dispuso incluso de emisoras de Radio en Madrid y Barcelona y de publicaciones en francés, inglés, alemán e italiano Este conjunto de medios, con «La Batalla» como bandera, fue un elemento capital para los combatientes de los diversos frentes, para hacer frente a las escandalosas campañas stalinistas y para la defensa de las posiciones y de las conquistas de la Revolución. «La Batalla» llegó a publicare incluso durante las Jornadas de Mayo y fue suspendida, bajo la presión de los rusos, por el gobierno Negrín en Junio de 1937. Poco después del golpe contra el POUM del 16 de junio de 1937 (detención y secuestro de Andreu Nin y arresto de numerosos militantes poumistas) “La Batalla» reapareció clandestinamente en Barcelona y, junto con «Juventud Obrera», órgano de la Juventud Comunista Ibérica», denunció vigorosamente la represión contra el POUM y el asesinato de Nin y opuso una crítica severa a la política desastrosa de Negrín impuesta por los representantes de Stalin en España.
Cuarta etapa
«La Batalla» fue prohibida, al igual que las demás publicaciones antifranquistas, tras la victoria de Franco. Sin embargo, en pleno terror fascista, en 1930-40, militantes del POUM sacaron en Madrid «El Combatiente Rojo». Este hecho audaz y poco conocido inspiró en Cataluña la publicación de periódicos ilegales como «Frente de la Libertad»(redactado en la Cárcel Modelo de Barcelona). En fin, «La Batalla» volvió a salir ilegalmente en septiembre de 1944 y se publicó así durante varios años pese a que la policía logró localizar y destruir varias pequeñas imprentas clandestinas. Pero «La Batalla» se publicó también en el exilio francés en cuanto fue posible. El 25 de Mayo de 1945,militantes del POUM que habían pasado varios años en las cárceles, en las guerrillas o en los campos de concentración lograron sacar en Burdeos el primer número de la nueva etapa. Legalizada especialmente por André Malraux, ministro de Información francés, «La Batalla» se trasladó a París donde se publicó en gran formato hasta la muerte de Franco. A decir verdad, «La Batalla» de esa época está considerada como una de las mejores publicaciones del exilio antifranquista. Y es necesario consignar que «La Batalla» de París tuvo siempre una importante difusión en toda España. Por último, «La Batalla» de París se trasladó a España y salió de nuevo a Barcelona, la ciudad donde nació en 1922.
La colección de «La Batalla» es un documento de primer orden sobre las luchas sociales y el desarrollo y vicisitudes del movimiento obrero de España.