Presentación de“Andreu Nin una vida al servei de la classe obrera” de Pelai Pagès y del libro colectivo “Barbarie fascista y revolución social” (2012)

La Fundació Andreu Nin organizó el 29.02.2012 un acto en la Biblioteca Andreu Nin, en el que se presentaron los libros “Andreu Nin una vida al servei de la classe obrera” de Pelai Pagès, y el libro colectivo “Barbarie fascista y revolución social”; en el que colaboran varios miembros de la FAN como Pepe Gutiérrez y Pelai Pagès. La presentación de dichos trabajos la realizaron ambos autores.

Andreu Nin una vida al Servei de la classe obrera” (Pelai Pagès)

En la historia del comunismo disidente, el primer libro del historiador Pelai Pagès; “Andreu Nin: Su evolución política (1911 – 1937)”; escrito en 1972 y publicado en 1975, resulta un trabajo de gran rigor y seriedad a pesar de las difíciles condiciones de la época. El libro, publicado en catalán y, posteriormente, en castellano por “Laertes”; “Andreu Nin. Una vida al servei de la classe obrera”, es la puesta al día de aquel primer trabajo.

Desde aquella lejana publicación, han pasado muchas cosas en el mundo relacionadas con Nin; la apertura de los archivos soviéticos y la aparición de muchos libros sobre su figura y su partido, el POUM. El libro incluye aspectos de la estancia en la URSS de Andreu Nin desconocidos en la época, así como de su paso por la Consellería de Justicia y su posterior asesinato. A pesar de las múltiples biografías y trabajos sobre Andreu Nin que se han venido publicando; éste es el trabajo más completo, crisol de la labor investigadora de Pelai Pagès, y que está destinado a convertirse en un clásico de la historia del movimiento obrero. La biografía y la trayectoria política de Andreu Nin resultan muy atractivas y es un vivo referente frente a la posición “oficial” de que la utopía es alcanzable; que un mundo más justo e igualitario es posible en un momento de crisis ideológica como el actual necesitado de un socialismo liberador, transformador, democrático y plural.

La trayectoria profesional de Pelai Pagès ha estado ligada a Andreu Nin y al POUM. Antes de que publicase su primer trabajo, a Andreu Nin se le consideraba una figura menor de quien sólo se hacía referencia el haber sido asesinado por Stalin. Pelai Pagès rescata en su obra el ímpetu juvenil de Nin en los años heroicos del movimiento obrero, su estancia en la URSS y su papel político durante la II República y la Guerra Civil. Su evolución desde el catalanismo federalista al marxismo y al comunismo; y de aquí al comunismo disidente, la defensa de los derechos nacionales de los pueblos, así como su pasión por la literatura y su preocupación por el surgimiento del fascismo. La importancia de sus escritos durante la II República sobre la lucha de clases y el hecho de llegar a ser el primer dirigente de un partido que no se doblegará ante el gobierno pequeño burgués republicano, le configura como uno de las protagonistas más importantes de la Revolución Española.

“Barbarie fascista y revolución social” (Varios autores)

Cuando se dice, desde la historiografía oficial de la Guerra Civil, que “Todos fueron culpables” o “Todos fueron víctimas”, se obvian tres aspectos fundamentales:

– El Movimiento Obrero, que fue el protagonista central de la República, cede, en el relato actual, el testigo a personajes más moderados; Azaña, Besteiro, Negrin…
– En la zona republicana se produjo, durante la Guerra, una revolución social desde abajo, que fue combatida por las autoridades republicanas.
– La descomposición del franquismo en los 70, sólo fue posible por una nueva pujanza del movimiento obrero. Franco murió en la cama pero el franquismo murió en la calle.

Después de los Pactos de la Transición y la consolidación hegemónica del llamado “neoliberalismo”, una nueva derecha, heredera de un franquismo persistente, se ha consolidado con voluntad de permanencia. Y esto es responsabilidad de la izquierda oficial que ha legitimado como democrática y civilizada a esa misma derecha, inoculando en la masa de sus votantes que sólo se puede gobernar con políticas reformistas, o sea de derechas. Así lo expresó Felipe González: “gato negro, gato blanco; lo que importa es que cace ratones….”.

De este modo, la derecha ha pasado de mantener únicamente su apoyo en los sectores residuales del aparato franquista, en un ejército golpista o en los aparatos represivos; a prestigiarse apoyada por unos aseados empresarios y banqueros que nunca rompieron con el franquismo, y de unos nuevos “emprededores”, políticos profesionales, jueces, juntaletras y opinadores mercenarios; que han encontrado en el cambio de manos del poder una manera de enriquecerse y ganar prestigio. Esta clase oligárquica es la que se ha dedicado a deslegitimar públicamente el legado social, revolucionario y colectivista de la “República de trabajadores de todas las clases”, haciendo que hasta la bandera tricolor resulte perturbadora.

No se puede entender la llegada de la II República sin comprender la tradición histórica de contestación obrera contra una clase social de especuladores y explotadores sin escrúpulos, cuyo modelo es el señorito andaluz. La iglesia retrógrada y trabucaire y los militares africanistas (la Legión) completan el cuadro de horror. Todo esto en un contexto histórico europeo de fuertes tensiones sociales; el fascismo gobernando en Italia, el ascenso de Hitler en Alemania en 1933, o la derrota del movimiento obrero austriaco en 1934. La llegada de la CEDA al poder en 1934 tenía como objetivo acabar con el potente movimiento obrero organizado ibérico. En el intento de detener al fascismo en el Estado Español, se produjo la revolución de 1934; dónde en Asturias y durante 15 días, la Comuna fue el poder.

Desde la caída de Alfonso XIII, en abril de 1931, las clases dominantes no dejaron de conspirar para acabar con la República. En 1932 se produjo el golpe de estado, fallido, del general Sanjurjo. Pero estos planes golpistas se aceleraron tras el triunfo del Frente Popular, en febrero de 1936. El diputado del POUM, Joaquín Maurín, en su última intervención en el Congreso, el 15 de julio de 1936; advertía del peligro inminente de un golpe militar fascista, que se produciría tres días después. El gobierno del moderado Frente Popular no hizo nada para evitarlo.

El golpe de estado solo triunfó en aquellos sitios en los que la gente confió en las autoridades republicanas y su llamada a la calma. En aquellos sitios dónde no se hizo caso al gobierno y los obreros armados derrotaron a los militares (especialmente Madrid y Barcelona) se consiguió parar a los fascistas y se inició la revolución; imponiéndose nuevas formas de propiedad, desde abajo, colectivizándose los medios de producción. A la vez, se mantuvieron, temporalmente, unas formas de poder, por arriba, de coexistencia entre las organizaciones republicanas; cohabitación revolución-gobierno, sin que, en principio, se atacaran las conquistas sociales que la derrota popular contra los golpistas había permitido desarrollar. Todo este proceso revolucionario terminaría con los Hechos de Mayo de 1937 en Barcelona.

El interés por la Revolución Española (en muchos aspectos más importante que la rusa) se despierta a partir de los años 70 entre los movimientos de izquierda alternativos. Así, por ejemplo, se recuperaba un clásico; “Homenaje a Cataluña” del poumista británico George Orwell y se reeditaban las obras de Andreu Nin, renaciendo el interés por su obra y su asesinato; así como por la represión que sufrió su partido, el POUM, por oponerse a la izquierda comunista oficial; el estalinismo, todavía hegemónico en la izquierda obrera durante aquella década.

El libro “Barbarie Fascista y Revolución Social” aparece cuando se cumplen 75 años de la Guerra Civil y la Revolución Española. Resulta antagónico del discurso dominante y revisionista de los historiadores de la Transición y supone una inteligente apuesta por situar algunas de las cuestiones fundamentales de la crisis de los años treinta del siglo XX; la naturaleza bárbara del golpismo-fascismo; el enorme y poco conocido alcance de la revolución social obrera y campesina; las razones de la violencia obrera contra un enemigo despiadado, los golpistas, a quienes se puede calificar de exterministas y genocidas. En palabras del general golpista Mola, para acabar con las revueltas obreras había que “fusilar, fusilar y fusilar”.

Solo la victoria militar de Franco, por el apoyo de los nazis y fascistas y, una vez consolidado su poder en los años 50, por el apoyo de los norteamericanos; permitió imponer el modelo de impunidad del franquismo. El franquismo a pesar de que, en la actualidad, los voceros oficiales pretendan hacer creer que no fue para tanto, cuanto más ahondamos en su conocimiento comprobamos que, por desgracia, fue mucho peor de lo que creíamos. Aún hoy en día, aproximadamente 150.000 personas asesinadas por los franquistas continúan enterradas en fosas sin reconocer ni ubicar. Y la derecha, que estamos soportando, se niega rabiosamente a que se desentierren y conozcamos la verdad. Dicen que “la memoria histórica divide a los españoles…”, pero su verdadera oposición a la recuperación de la Memoria es el miedo que tienen a que sepamos, de verdad, los crímenes que cometieron sus antepasados ideológicos, y en muchos casos familiares.

Sobre el autor: Fundación Andreu Nin

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