Carta a Rayner Heppenstall (George Orwell, 1937)

The Stores
Wallington
Nr. Baldock, Herts.
31 de julio de 1937

Querido Rayner,
Muchísimas gracias por tu carta. Me alegro saber de ti. Espero que Margaret esté mejor. Suena muy mal, pero por lo que me dices supongo que aún está levantada y haciendo sus cosas.
Nuestra estancia en España fue interesante pero bastante tremenda. Por supuesto, no habría dejado que Eileen viniese conmigo ni habría ido yo mismo probablemente si hubiese previsto los acontecimientos políticos, sobre todo la supresión del POUM, el partido en cuya milicia serví. Fue un raro asunto. Empezamos como heroicos defensores de la democracia y terminamos saliendo a toda prisa por la frontera perseguidos por la policía jadeando a nuestros talones. Eileen estuvo maravillosa, incluso parecía disfrutar de aquello. Pero aunque nosotros nos libramos bastante bien, casi todos nuestros amigos y conocidos están en la cárcel y es probable que sigan allí indefinidamente, sin que se les acuse de nada más que de «trotskismo». Cuando me marché ocurrían allí las cosas más terribles, detenciones en masa, heridos sacados a rastras de los hospitales y encerrados en la cárcel, gente hacinada en asquerosos tugurios donde apenas tenían sitio para tumbarse, presos apaleados y casi muertos de hambre, etcétera. Pero es imposible lograr que se publique algo de eso en la prensa inglesa -como no sea en las publicaciones del ILP, afiliado al POUM.
Tuve una divertida experiencia sobre esto con el New Statesman. Tan pronto como salí de España, telegrafié de Francia pidiendo si querían un articulo y claro dijeron que si, pero cuando vieron que mi articulo trataba de la supresión del POUM dijeron que no lo podían publicar. Para endulzar la negativa me pidieron la critica para un libro muy bueno que había salido hacia poco, The Spanish Cockpit (La cabina española) que destapa muy efectivamente todo lo que ha pasado. Pero una vez más, cuando vieron mi critica no la podían publicar así «por ir contra la línea editorial», aunque me ofrecieron pagarme la critica de todas maneras -como si fuera un soborno para callarme. Tengo también que cambiar de editor, por lo menos para este libro. Gollancz forma desde luego parte del tinglado comunista y en cuanto se enteró de que yo había estado asociado al POUM y los anarquistas y que estuve en los motines de mayo en Barcelona, dijo que no podría publicar mi libro aunque aún no había yo escrito ni una palabra de éste. Creo que debió de prever muy astutamente que sucedería algo por el estilo pues cuando fui a España redactó un contrato en el que se comprometía a publicarme mis novelas pero no otros libros. No obstante tengo otros dos editores tras de mí y creo que mi agente, con mucha visión, ha conseguido que compitan en sus ofertas. Aunque he comenzado ya ese libro [Homenaje a Cataluña] tengo todavía los dedos agarrotados.
Mi herida no fue gran cosa pero es un milagro que no me costara la vida. La bala me cruzó limpiamente el cuello y falló lo que se proponía encontrar excepto una cuerda vocal, o más bien el nervio del que depende, que está paralizado. Al principio no me salía en absoluto la voz pero ahora la otra cuerda compensa y la estropeada puede o no curarse. Mi voz es ya prácticamente normal aunque no puedo gritar. Tampoco me es posible cantar pero la gente dice que eso no importa. Me alegro bastante de que una bala me haya herido pues creo que eso nos pasará a todos en un futuro próximo y celebro que no le cause a uno daño realmente. Lo que he visto en España no me ha hecho un cínico pero me hace pensar que el futuro es muy tétrico. Es evidente que la gente puede dejarse engañar por lo del antifascismo lo mismo que se dejó llevar por el asunto de la pobre y pequeña Bélgica y cuando llegue la guerra participarán en seguida en ella. No estoy de acuerdo, sin embargo, con la actitud pacifista como creo que lo estás tú. Aún creo que es necesario luchar a favor del socialismo y contra el fascismo, quiero decir luchar físicamente y con armas, aunque hay que saber quién es quién. Quiero hablar con Holdaway para saber qué piensa del problema español. Es el único comunista más o menos ortodoxo de los que conozco a quien respete. Me disgustará que me suelte la misma defensa de la democracia y condena de los «trotskofascistas» que lo demás.
Me gustaría mucho verte, pero no creo que esté en Londres próximamente, al menos que me vea obligado a ello por el trabajo. Estoy avanzando en mi libro que quiero tenerlo terminado para Navidad, también muy atareado arreglando el
jardín después de tanto tiempo fuera. Mantente en contacto de todas maneras y déjame tu dirección. No puedo ponerme en contacto con Rees. Estaba en el frente de Madrid y no había prácticamente comunicación. Tuve noticias de Mutry que parecía en las últimas sobre algo. Au Revoir.

Tuyo,
Eric

Sobre el autor: Orwell, George

Ver todas las entradas de: